jueves, 13 de octubre de 2011

CONSIDERACIÓN PARA LA FIESTA DEL PILAR

La Unión Seglar y la Asociación Juvenil estuvieron presentes en Toledo, el 25 y 26 de Noviembre. Allí celebramos el 150 Cenáculo. Allí celebramos también los veinte años de la Unión Seglar. Allí conmemoramos el catorce centenario del nacimiento de España como nación católica. Hasta entonces la Península Ibérica no era nación. Había sido provincia romana tras la conquista de las legiones de Roma. Luego monarquía goda. Pero la Hispania provincia romana y reino godo se hizo nación católica el día que el Estado, por boca de Recaredo Rey, reconoció derechos de Jesucristo sobre España.

Debemos dar gracias a Dios porque solamente aquellos actos del mes de Noviembre han sido los que verdaderamente dieron significación exacta de la grandeza del hecho conmemorado, y han supuesto al mismo tiempo, una voz que clama en medio de la apostasía generalizada o del conformismo, que hay que reconquistar España para Jesucristo.

Tanto los que estuvisteis presentes en aquellos dos días, que no dudo en llamar históricos, pensando en la trascendencia que pueden tener para el futuro, como los que os hicisteis presentes en espíritu, debéis sacar estas consecuencias que ahora apunto.

1ª No hay cristianización y conversión de un pueblo, mientras el Estado, en su cabeza y en sus miembros no sea católico en toda su manera de gobernar. Por eso debemos pedirle insistentemente a la Virgen Inmaculada, Patrona de España, que nos mande políticos católicos que pongan como principio esencial de sus banderas de acción política, reconquistar España para Jesucristo y restarurar la Unidad Católica, haciendo que el Estado se someta en sus leyes a la doctrina de la Iglesia. Y además de orar por esa intención sagrada, colaborar en todo movimiento político que tenga ese programa y lo quiera llevar eficazmente a la práctica.

2ª No dar oídos a los que dicen que no son estos los tiempos de imponer desde arriba la fe religiosa. Advertir que todo lo han impuesto desde arriba los enemigos de Dios. El Protestantismo, lo impusieron por la fuerza. El Liberalismo con la guillotina y las guerras napoleónicas. El Marxismo por el terror comunista y socialista. La fe católica no se impone por la fuerza, porque Jesucristo es Rey pero no con la fuerza de este mundo. Pero el Estado católico, que debe tolerar mientras sea necesario errores, costumbres no católicas y falsas religiones, al mismo tiempo favorece, fomenta y ayuda a la propagación de la verdadera religión y de esa manera se crea un clima social que permite que los católicos puedan vivir mejor su religión y los que no lo son, encuentren más fácilmente el camino de su salvación, formando en su día libremente en la Iglesia católica.

Por esa razón, la labor de los gobernantes católicos, que trabajan seriamente en la catolización de su Patria, aunque tengan que remar contra corriente, llevan a cabo la mayor obra de caridad que pueda hacerse, ya que si salvar un alma es una gran obra de caridad para toda la eternidad, imaginaros lo que significa que toda una nación sea y persevere en su ser católico y con ello se salven millones y millones de almas.

Dios bendiga a todos vosotros que jurasteis defender la Unidad Católica. Pero no basta comprometerse a ello. Es preciso también que oremos cada día por esa intención. La oración todo lo puede, y una vez más será un hecho lo que dijo la venerable Madre Maravillas de Jesús: "la oración salvará a España".

José María Alba Cereceda S.I.