EL BUEN COMBATE DEL PADRE JULIO MENVIELLE: LA PATRIA
Última parte de la conferencia del profesor Antonio Caponnetto sobre "El Buen Combate del Padre Meinvielle". Padre Meinvielle, paradigma de sacerdocio católico, ¡ruega por nosotros!
No cierres jamás buen castellano la tumba de aquellos paladines; un día, nuestro señor don Rodrigo, que sabe ganar batallas después de muerto, despertará en la huesa y limpiando el hollín de su tizona montará en su glorioso corcel y rasgará los velos de los sepulcros y de las cunas y jurará por la Cruz de su Espada purgar a España de renegados y de felones. Antonio Caponnetto
QUI NON HABET VENDAT TUNICAM SUAM ET EMAT GLADIUM (Luc. 22,36)
“La espada proporciona belleza a las cosas; es la espada la que ha hecho novelesco al universo”. G. K. Chesterton
Que suene el himno y que no paren nuestras escuadras. Que icen la Bandera, honrada y custodiada. Que resuene el juramento por la Patria y el honor del perseverante sea nuestra esperanza. Que nos aniquile el enemigo si derramando nuestra sangre se redime España. Y que a la Cruz de Cristo seamos cosidos y así también lo sean la Fe y la Patria.
PRUDENCIA JUSTICIA FORTALEZA TEMPLANZA
ORACIÓN
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel,
príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia,
vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente te rogamos,
te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza;
que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda
y que, mediante tu incomparable protección,
adelantemos cada vez más en el servicio del Señor;
que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida,
especialmente en el trance de la muerte para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
ORACIÓN POR ESPAÑA
Divino Corazón de Jesús: Ante la vista de tantos males como presenciamos en nuestra Patria, como merecido castigo de nuestros públicos pecados, recurrimos a Vos, suplicando vuestra misericordia a favor de este pueblo de vuestra predilección. Acordaos de vuestra promesa de reinar en España y con más veneración que en otros partes. Que vuestro reinado de amor se establezca ya en nuestra querida España. Que prenda aquí con mayor fuerza ese fuego divino y de aquí se comunique por todo el mundo. Sea vuestro Divino Corazón, la victoriosa bandera que presida nuestras justas ansias de restauración tradicional y misionera y nos dé la victoria contra todos los enemigos de Dios y de la Patria. ¡Virgen del Pilar, Inmaculada Reina de España, acelerad el Reinado del Corazón de vuestro Hijo! Amén.
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