¡Ah, joven doloroso, joven triste,
que sufres como yo del mal de España,
y que una negación honda, en tu entraña,
tienes, clavada, contra lo que existe!
—Tu virgen corazón vibra de saña,
de santa saña, porque no tuviste
lo que pidió tu amor cuando naciste
de la Patria, una idea y una hazaña.
La general inepcia fue el veneno
que atosigó tu juventud vehemente
y de asco y de dolor yo te sé lleno.
¡Mas el futuro es nuestro y esa gente
que hizo nuestra desgracia se va al cieno!
Hermano, aquí va un ósculo a tu frente.
Ramón de Basterra
viernes, 8 de abril de 2011
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Me encanta.
ResponderEliminarViva la Iglesia Catolica. Es la unica que ayuda a todo el mundo desinteresadamente.
ResponderEliminarrecemos por España.