Palabras de Blas Piñar a la Unión Seglar con motivo del Cenáculo de Mayo dedicado a los Héroes del Alcázar en el Colegio Corazón Inmaculado de María de Sentmenat fundado por el padre José María Alba.
Unas palabras para comenzar un acto en el que se conmemora, ya próximo, el 75 aniversario de la Liberación del Alcázar de Toledo. Convoca este acto la “Unión Seglar de San Antonio María Claret” y se celebra en la sede de la “Sociedad Misionera de Cristo Rey” a las que doy las gracias, de todo corazón, como hijo de uno de los defensores de la fortaleza y como padre de quien hoy está al frente de la Hermandad que agrupa a los que sobreviven y a sus familiares.
Y les doy las gracias porque rompen, en la medida en que les es posible, la hostilidad manifiesta de unos y el silencio cobarde de otros. Un gesto de valor como este trata de dar a conocer la verdad histórica y, además, se la aprecia y ensalza. Es una prueba de que los convocantes son fieles a las exigencias de la Fe cristiana y del Patriotismo como virtud.
No puedo olvidar tampoco mi vinculación con esta casa que conocí con motivo de una conferencia. Me invitó a pronunciarla el padre Alba, jesuita ejemplar, ignaciano hasta la médula y especialmente amigo del que os habla por medio de este escrito. Para él os pido no sólo una oración sino un aplauso cargado de emoción.
Y los recuerdos -fruto de la nostalgia, del afecto y la ejemplaridad- en la figura señera e inolvidable del que llamábamos “Obispo de España”, monseñor Guerra Campos, que aquí estuvo en muchas ocasiones, que aquí murió, y que nos ha dejado, para reflexionar y actuar, las páginas más elocuentes sobre la crisis de la Iglesia y la Transición política de España.
No quiero terminar sin una brevísima referencia a lo que significa la defensa del Alcázar de Toledo. Para mí, y creo que para los convocantes de este acto, para los que aquí están. Y para muchos españoles, el Alcázar es
- Un símbolo de resistencia heroica, como lo fueron Sagunto y Numancia
- Una constante histórica, en la que el entonces Coronel Moscardó se comportó como Guzmán el Bueno.
- Una victoria moral, que anunciaba la del 1 de Abril de 1939.
- Un precepto incorporado a la deontología castrense, que sintetizó Antonio Rivera, el Ángel del Alcázar: “Tirad, que es vuestro deber como soldados; pero sin odio, que es vuestro deber como cristianos”.
- Una prueba, en el Siglo XX, de que la Fe no se impone pero se propone, y añado, se defiende con una Cruzada.
- Un estímulo para seguir luchando, en el combate ideológico, por Dios y por España, como lo hacéis vosotros.
Blas Piñar López
15 de Mayo de 2011
sin comentarios...
ResponderEliminarMis mejores deseos para D.Blas Piñar, y mi consideracion mas distinguida hacia su persona, deseandolo todo lo mejor, tanto en lo personal como profesional,asi como a su familia, allegados y amigos.
ResponderEliminarQue Dios le guarde muchos años.
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!
Como se nota dónde está la cultura, la gallardía y la valentía. No, como esa rebaño de boregos y parásitos que están arruinando la nación más grande de la faz de la tierra.
ResponderEliminar