¡Oh María Inmaculada, amada patrona de España¡ En estas horas aciagas por las que atraviesa la humanidad y particularmente nuestra patria España, tu tierra, como siempre se ha llamado y cuya confirmación hizo tu siervo Juan Pablo II en Santiago de Compostela, al despedirse de España en su I Viaje Apostólico a nuestra nación.
Acudimos a ti, ante tu Trono de Gloria, donde te hayas Coronada por la SANTÍSIMA TRINIDAD, y venerada por los Coros Angélicos y todos los bienaventurados de la Patria Celestial, que alaban tus grandezas cumpliendo la profecía que tú misma hiciste: “Bienaventurada me llamarán todas las generaciones”.
A tu Corazón Inmaculado confiamos España, en estos momentos de oscuridad que atravesamos. Oscuridad porque hoy más que nunca se ataca la Santa Fe Católica que el Apóstol Santiago el Mayor, predicó en estas tierras. Y cuyas muestras maternales tuyas recibió al visitarle en carne mortal para entregarle la Santa Columna de la Fe en Zaragoza. Y donde prometiste que la fe en esta tierra, siempre se conservaría, hasta el final de los tiempos.
En estas horas difíciles acudimos a ti gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas... Y te queremos confiar nuestra nación, con todos sus habitantes, desde los más pequeños, hasta los más mayores, desde los jóvenes, hasta los enfermos, los matrimonios, sacerdotes, religiosos y religiosas; los misioneros que allende los mares han ido para predicar el Santo Evangelio de tu Hijo Divino y dar la luz de la Verdadera Fe.
Acudimos a ti suplicándote que no permitas que el Maligno Enemigo, el Diablo y Satanás, Angel caído y rebelde, convertido en diablo por su soberbia, haga infecunda en nuestra patria la Sangre Divina que tu Hijo Jesús derramó en la Cruz y que cada día se vuelve a sacrificar en nuestros altares al celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, memorial de su Santa Pasión y salvación para el mundo entero.
Te pedimos que nos libres:
- De la apostasía que hoy se quiere implantar por doquier desde las altas instancias.
- De la invasión islámica, solapada y callada que estamos sufriendo y cuyas consecuencias ya se palpan. ¡Qué será de nosotros en el futuro¡
- De las sectas satánicas, masónicas, heréticas y cismáticas que hoy pululan por doquier y extienden su pésima influencia en las almas, compradas al precio de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
- De la degeneración de las costumbres.
- De las leyes y modos de vida antinaturales, cuyos pecados claman al cielo.
- Del crimen del aborto y la eutanasia.
- De la destrucción de las familias.
- De la droga y otros vicios que esclavizan al ser humano y lo anulan como persona.
- Del terrorismo y la violencia.
- De la facilidad de pisotear a cualquier ser humano hecho a imagen y semejanza del Creador.
Como en otras ocasiones, donde hemos sentido tus bondades de Madre Misericordiosa, acudimos a ti. Ponemos como intercesores a los patronos de España Santiago Apóstol y Santa Teresa de Jesús; a tu esposo San José; a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo; al Arcángel San Miguel y al Santo Ángel Custodio de España.
Que del uno al otro lugar de todo nuestro suelo patrio se oiga este canto y esta alabanza: “Bendito y alabado sea el Divino Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María”.
¡Que el Reino de los Sagrados Corazones venga pronto a Nuestra Patria!
Amén.
Padre Andrés Garcia T.
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