Nuestros lectores habituales --que son más de los que muchos se imaginan y otros muchos desearían--, saben que desde antes de su llegada al poder, venimos siguiéndole la pista al nuevo presidente yanqui, ese Barack Hussein con cara de Sydney Poitier descafeinado que desde que dio el campanazo parece más “raro, raro, raro” que diría el exteinto “papuchi”; y es que nos parece realmente peligrosísimo, precisamente por ser el hombre de paja de la que consideramos una de las más hábiles, sibilinas y ladinas jugadas del entramado diabólico-masónico --con base hoy en día de manera preferente pero no única en el Club Bilderberg, club del que tanto gustan nuestros monarcas ¡qué casualidad, verdad!--, que sigue intentando dominar el mundo para apartar de él todo rastro de Dios... y de paso, en lo que nos concierne, de España; bien que esto último con la inestimable ayuda de los españolitos de esta era que o están corruptos o agilipollados hasta lo indecible o las dos cosas a la vez.
Pues bien, a continuación les ofrecemos una rápida miscelánea de nuevos datos que apuntan sin duda a que tenemos razón y a que detrás de Barack Hussein lo que se esconde es una nueva ofensiva corruptora de la masonería de toda la vida que en estos tiempos ha decidido utilizar al Islam como punta de lanza tanto violenta como cultural para desbancar a la única verdadera fe, la católica, al menos de ciertas importantes regiones del mundo como es el caso de Europa, al igual que ya lo hiciera del Norte de África allá por los siglos cuarto y quinto, sin que aquella región que diera tantos y tan importantes santos volviera a recuperarse ¡aviso a navegantes purpurados hoy completamente “democratizados” y, por ello, relativizados, modernistas y materialistas, es decir, tirados en el surco mundano, revolcándose en su lodo pestilente sin visos de reacción verdadera, más preocupados por lo que dice el mindundi de “Pacopepe” que de repasar el Evangelio y gritarlo, alto y claro, a los cuatro vientos hasta quedarse roncos o perder la cabeza en el martirio mediático ganando con ello el cielo tan deseado... o al menos eso es lo que deberían desear.
He aquí los datos:
“Es importante que la gente sepa que lo de Obama (léase Barack Hussein) no es una conspiración de los friquis, sino algo muy bien trazado desde los centros del poder más rancios e universales” (Daniel Estulin, autor de La verdadera historia del Club Bilderberg).
Barack Hussein representa el rostro afable del sistema, alguien de maneras moderadas y de actitud claramente empática, que ha sido acogido como el “salvador” --en el sentido bíblico del vocablo--, por la clase media y media-baja norteamericana y casi mundial; ofrece el rostro perfecto y el perfil más idóneo y adecuado para dar cuerpo al nuevo protagonista de aquella gran novela titulada “El mensajero del miedo” cuya primera versión cinematográfica tanto nos gusta.
“Tras el actual presidente hay una cuidada imagen de hombre liberal, de izquierdas, inocente, comprometido, solidario, de grandes gestas, capaz de convencer a la sociedad con un talante singular de que aquello que hace es por nuestro bien, aunque la verdad va por otro lado” (Pedro Palao, autor de Leyendas urbanas y conspiraciones).
Son conocidas de los iniciados las estrechas vinculación de Barack Hussein con la Brookings Institution (Bruno Cardeñosa dixit, autor del reciente Expedientes del misterio) y especialmente con Zbigniew Brzezinski (Daniel Estulin dixit), influyente donde los haya --siempre desde la sombra-- en la política exterior gringa, quien a su vez es uña y carne de los Rockefeller y Soros --pura judeomasonería-- y ambos de los grandes nombres de la Comisión Trilateral, a quienes se apunta como el “creador” del títere Barack Hussein; así pues, los Bilderberg, la Trilateral y el CFR (Council on Foreign Relations) todos juntos y... nada revueltos.
Lo que, según Estulin, quedaría ratificado por la pertenencia a tan satánico conglomerado de numerosos cargos nombrados por Barack Hussein, entre otros:
Thomas Daschl, secretario de Salud, miembro del CFR y de los Bilderberg; Michael Froman, vice asesor de seguridad nacional para asuntos económicos, miembro del CFR; el secretario de Defensa Robert Gates, quien milita en el CFR y en los Bilderberg; el secretario del Tesoro Timothy Geithner, smiembro del CFR, de la Trilateral y de los Bilderberg; el general James L. Jones, Asesor de Seguridad Nacional, miembro del CFR, TC, Bilderberg; Mark Lippert Jefe de Gabinete del Consejo de Seguridad Nacional, miembro del CFR; Janet Napolitano, miembro del CFR y de la Trilateral; Lawrence Summers, Presidente del Consejo Económico Nacional, miembro del CFR, de la Trilateral y de los Bilderberg; y Paul Volcker, Presidente de la Junta Asesora de Recuperación Económica, miembro del CFR, de la Trilateral y de los Bilderberg.
Además, gran parte de su gabinete “tiene conexiones con el sionismo, empezando por Rahm Emanuel, su jefe de Gabinete” (Estulin, dixit); sin olvidar que, según Cardeñosa, el padre de Rahm, Benjamín Emanuel, fue miembro del grupo terrorista israelí Irgun Zvai Leumi.
Y para los que a estas alturas se extrañen, les aclaramos que siempre ha sido perfectamente compatible la conspiración judeomasónica con el alza del islamismo, pues tradicionalmente aquella ha utilizado los componentes explosivos y de locura de éste, manipulándolos cuando corresponde para alcanzar sus objetivos, en gran medida por lo fácil que resulta incitar a los musulmanes a cualquier cosa, incluso a su propia destrucción parcial o total si fuera el caso, debido a su estado de completa paganía y barbarie en que les sume su ideología, que no religión.
Por todo lo anterior, y si el tiempo no lo impide, ni lo impide Dios --y esto último hay que merecerlo, señoras y señores--, más vale que se tomen en serio lo que se esconde bajo la piel tiznada de Barack Hussein pues es contagioso y, dada la sintonía que muestran desde hace décadas los “dirigentes” “europedos”, más nos vale comenzar a rezar y hacer penitencia porque mal pinta el futuro de una humanidad sometida, por su corrupción, y abandono de Dios y de la Patria, a la tiranía satánica de la que bien pudiera surgir el antiCristo que tenemos anunciado y que, más que un ser, pudiera muy bien tratarse de un sistema, el democrático, cuyos hechos ya conocemos, como es, entre muchos --droga, pornografía, promiscuidad, egoísmo, soberbia, etc., etc.--, el holocausto, el sacrificio de millones de seres humanos no nacidos, pero ya concebidos, que todos los años ofrece en el mundo a través de los abortos; y es que el Mal siempre pide y exige sangre, sea de mártires en la plaza del pueblo o, mejor aun, de inocentes en un oscuro y silencioso quirófano abortista.
Mary Snow
ALTO Y CLARO
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