sábado, 16 de mayo de 2009

CARTA A UN SEMINARISTA

Muy querido hijo:

Ya ves que en nuestro Movimiento de Amor tenemos el corazón puesto en la Virgen de Lourdes y por ello, el 11 de febrero, significando que todo viene de sus manos y se lo da a sus hijos más pobres, por fin obtendremos la aprobación canónica. Esta aprobación tiene mucho que ver contigo. Serás sacerdote diocesano donde tendrás una exigencia de ineludible cumplimiento a la santidad.

Tu alimento será la Eucaristía diaria, el momento más importante del día y del que sacarás fuerzas para toda la jornada. Cuando seas sacerdote tendrás que celebrar solo muchas veces. Recuerda en esos momentos que ”Aunque a veces no hay asistencia de fieles ni participación activa, lo cual manifiesta con mayor claridad la naturaleza eclesial de la celebración, la celebración eucarística siempre está dotada de eficacia y dignidad, ya que es acto de Cristo y de la Iglesia, en la que el sacerdote cumple su principal ministerio y obra siempre por la salvación del mundo. Por cierto, se le recomienda que, según su posibilidad, celebre el sacrificio eucarístico cotidianamente.” (IGMR n.19)

Es tu fusión con Dios, vive la Eucaristía como si fuera la última de tu vida, alimenta esa semilla de amor que Jesucristo plantó cuando te llamó a estar a su lado. Goza con Dios, repara, acompaña a Jesús Sacramentado ensimismado de amor. Tu vida espiritual se alimentará de lo que prediques, celebres y realices, imitando siempre a Aquel que vino para servir y no a ser servido.

"Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor" (Pontifical Romano, Ordenación de presbíteros).

La Santísima Virgen estará contigo. Tu devoción mariana será exquisita porque SOS Infancia es de María. Las cuatro partes del Rosario, mi querido hijo, nunca le pueden faltar a la Virgen, aunque estés apurado de tiempo, tengas exámenes, o el sueño te intente dominar.

Serás padre del pueblo que el Señor te va a encomendar, y al que, como padre, habrás de transmitir la “sana doctrina” que será fruto de la oración y del estudio de las Escrituras y de la Teología.

Por la Eucaristía, la intercesión de María y ese conocimiento de la Palabra de Dios recibirás la Gracia de ver -y digo ver- a Jesús en los niños más pobres (“lo que hicísteis con cada uno de estos vuestros hermanos más pequeños, conmigo lo hicísteis”) Será el premio a tu fidelidad, un anticipo de lo que nos espera en el cielo. Verás en ellos "el ciento por uno que Jesús nos promete".

Y viendo a Cristo en esos niños, tú también tendrás que ser pobre, muy pobre, vivir con lo estrictamente necesario porque ¿acaso puede un padre tener caprichos cuando sus hijos están en extrema necesidad? Por eso viviremos con lo justo, pero sin extravagancias, para poder reparar al Señor en nuestros hermanos más pobres.

Pide al Señor la gracia de desprenderte del deseo de ser apreciado, aceptado o de ser amado. De ir poco a poco desprendiéndote de todos los afectos humanos y de la búsqueda de la honra e intereses personales para ser de Cristo, totalmente de Cristo, de María y de los pobres, esta pobreza significa morir al hombre viejo para vivir. No tengas miedo a que el hombre viejo vaya muriendo, ése nunca te hizo feliz. Sé muy humilde pues sólo así seguirás enamorado de Cristo pobre, casto y obediente. El pobre no tiene derecho a nada porque no es nadie. Desea solo ser amado por Nuestro Señor.

Tenemos que ser exquisitamente obedientes a nuestros Obispos y a las personas que ellos pongan como nuestros Superiores. En SOS Infancia, nunca haremos nada que nuestros Prelados no bendigan antes con las dos manos. La obediencia purifica la facultad de la voluntad, ensancha el corazón y nos hará crecer en el amor. Nos convierte en hombres más valientes y serenos, da como fruto paz al espíritu, autocontrol, serenidad y perseverancia. Es un acto de adoración a Dios Nuestro Señor, un motivo de santificación personal y un principio de orden y eficacia.

Has encontrado un amor que es imposible encontrar en este mundo, ni comparar con otros amores. Amor pleno que llena esa sed de Dios de la que ya nos hablara San Agustín: "Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti".

"¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!. Y he aquí que tu estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que Tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no lo estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuvieran en ti, no serían. Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y respiré, y suspiro por ti; gusté de ti, y siento hambre y sed, me tocaste, y abrásame en tu paz".

Amar y sentirte amado de manera tan singular es beber de las fuentes divinas de su Corazón. Dejarlo todo, fiarte totalmente, aunque no veas nada, aunque sea aparentemente un imposible el seguirle y el mundo se ponga en nuestra contra. Es decir "fiat" sin condiciones. "Si Tú lo quieres Señor, hágase". El amor nos lleva a amar a los que no son amados, a ver en nuestros pequeños a Cristo solo y abandonado.

Y como consecuencia de ese Amor viviremos el celibato. Celibato que es dejarnos abrazar y estrechar por el pecho de Jesús, escuchar sus latidos que te dicen: "te quiero". Estar dispuesto a que Dios te llame para irte con Él a la permanente aventura de hacer realidad sueños que sólo en su compañía son posibles. Desposado para siempre con Cristo en este mundo y para toda la eternidad.

Que Dios te bendiga.
P. Ignacio María Doñoro de los Ríos

4 comentarios:

  1. Muy bonita carta hace reflexionar, ayudar, en fin un monton de cosas
    Gracias

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  2. muy bonito y me a servido para reflexionar en lo que me espera

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  3. Muy bonita y, además, muy interesante carta para ser meditada por aquellos que nos preparamos al sacerdocio ministerial

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  4. Hay otras cartas que, a mi gusto, ser´
    ias más provechosas para un seminarista de hoy.
    Por ejemplo ésta que podreis leer en el siguiente enlace

    http://eclesalia.wordpress.com/2011/03/18/carta-a-un-seminarista/

    Buen provecho!

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