viernes, 22 de mayo de 2009

EN PLENA CAMPAÑA ELECTORAL

Los partidos políticos nacen el día en que se pierde el sentido de que existe sobre los hombres una verdad, bajo cuyo signo los pueblos y los hombres cumplen su misión en la vida. Estos pueblos y estos hombres, antes de nacer los partidos políticos, sabían que sobre su cabeza estaba la eterna verdad, y en antítesis con la eterna verdad la absoluta mentira. Pero llega un momento en que se les dice a los hombres que ni la mentira ni la verdad son categorías absolutas, que todo puede discutirse, que todo puede resolverse por los votos, y entonces se puede decidir a votos si la Patria debe seguir unida o debe suicidarse, y hasta si existe o no existe Dios. Los hombres se dividen en bandos, hacen propaganda, se insultan, se agitan y, al fin, un domingo colocan una caja de cristal sobre una mesa y empiezan a echar pedacitos de papel en los cuales se dice si Dios existe o no existe y si la Patria se debe o no se debe suicidar.

Y así se produce eso que culmina en el Congreso de los Diputados.

José Antonio Primo de Rivera
Discurso pronunciado en el Teatro Calderón de Valladolid, el día 4 de marzo de 1934

2 comentarios:

  1. Estimado Angel.
    Este comentario no es a colación de tu entrada y es que te quería decir que soy un estúpido integral . Ayer noche me quedé viendo "El código da Vinci" , mas que nada para tener juicio de valor y poder opinar.
    Pues bien, opinaré:
    Es un bodrio monumental, me pareció falto de rigor histórico, no es emocionante, mas fantasiosa que Harry Poter, una mezcla mala entre "el paciente ingles" y "la pantera rosa", se recurre al "Flash back" en exceso...
    Pretende escupir alto, metiendo al Opus Dei poco menos que como secta asesina...
    Demasiada publicidad se le dió en su día a un saco de mierda tan seca.

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  2. Rafa:

    Tú lo has dicho. Es un auténtico bodrio que, literariamente, ha triunfado porque al común de los mortales parece que le gusta la escoria. Eso es todo.

    Yo no he visto la película -ni pienso hacerlo-. Tampoco me leí el libro. Por el contrario y por conocer de que iba, leí el libro de José Antonio Ullate: "La verdad sobre el Código Da Vinci". Lo recomiendo por su contundencia y agilidad. Desenmascara el bodrio al que te has referido.

    Un abrazo

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