La ley injusta no obliga en conciencia a su cumplimiento.
La ley injusta no es propiamente ley.
La ley sólo es justa, en razón de su fin,
cuando se ordena al bien común;
en razón de su autor,
cuando no sobrepasa las atribuciones del legislador;
en razón de su forma, cuando establece
cargas proporcionales entre los súbditos.
La ley es injusta si su fin es contrario al bien común;
si hay exceso de potestad por parte del legislador,
o si la distribución de las cargas
que impone la norma es desigual.
Sin estas condiciones, la ley es violencia tiránica
y debe ser resistida.
Santo Tomás de Aquino
lunes, 8 de junio de 2009
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