Vivimos sumergidos y adentrados en la sociedad más degradada y corrupta, quizá, que han conocido los siglos. La Verdad, el Bien y la Belleza han sido arrasados y condenados al escarnio constante desde el poder, público y privado, que esclaviza al hombre subyugándolo a la perversidad de la mentira, el mal y la monstruosidad.
Los nuevos regímenes políticos, nacidos a la sombra de la Revolución Francesa, tienen como fin último despedazar la naturaleza del hombre, por negación del Creador, y convertirlo en el espectáculo inaudito del dinero, el interés, la villanía, el vicio y, en último término, el pecado. La política democrática, liberal, socialista o cuantos collares queramos ponerle al perro, constituye el enemigo frontal y declarado de nuestra Fe y del Solar Patrio que fue bandera y estandarte de la Cruz.
España, aquella Patria que tanto anhelamos su regreso, asesinada y aniquilada desde hace décadas, necesita una reconstrucción integral. Desde la Fe y el Magisterio de la Iglesia, vertebrando las estructuras políticas y sociales en los valores y principios de la dimensión espiritual del hombre. Y sólo así tendremos una sociedad justa, íntegra, armonizada y en paz. Una sociedad justa en la que se premie al virtuoso y se castigue al delincuente. Donde no tenga cabida el asesinato de niños inocentes bajo el amparo de la ley y se respete y cuide la vida desde la concepción hasta su fin natural. Una sociedad íntegra que impulse y fomente la natalidad en el seno de la única familia posible, formada por hombre y mujer, cumpliendo con la Voluntad genesiaca. Donde el vicio de los invertidos genere soluciones y no derechos. Una sociedad armonizada en la que todos y cada uno de los españoles tengan su misión transcendental, cumpliendo con sus deberes y aportando lo mejor de sí mismos para España. Donde la economía sirva al hombre, proporcionalmente a su esfuerzo y responsabilidad, y éste al interés colectivo y al bien común. Una sociedad, finalmente, en paz. Donde la economía, el hombre, la familia y la justicia sean ordenadas en aras a establecer el Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo que nos dejó Su Paz.
El próximo Domingo, 7 de junio, culmina la carrera electoral al Parlamento Europeo. Acostumbrados estamos a ver el juego nefasto de la clase política que en estas fechas encuentra su máximo apogeo. Ante tanto parásito apátrida, que contribuye desde la esfera pública a la destrucción de nuestra Patria, en uno u otro partido, se alza Rafael López-Diéguez para ser la alternativa española en Europa. Su lema hace referencia al trabajo, a los valores y a las patrias. La Fe, la Familia y la Vida, sus pilares.
Para apoyar el esfuerzo y la dedicación. Para fortalecer el altavoz de lo que representan. Para romper el bipartidismo que nos ahoga. Para que alguien pueda defender nuestros principios inmutables cada vez que son vilmente atacados desde las instituciones. Para que públicamente se oiga decir que el aborto es un crimen, que la familia es la base de toda sociedad y que España se mantendrá en pie mientras quede un puñado de hombres dispuestos a defenderla.
Por todo lo anterior, sin militar en ningún partido político y sin dar legitimidad al sistema, al sufragio universal y a las urnas que son la causa principal de los males actuales,
Votaré AES al Parlamento Europeo.
Miguel Menéndez Piñar
Me alegra mucho este artículo y no hace más que reafirmarme en el sentido de mi voto el proximo 7 de junio.
ResponderEliminar¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!, ¡¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!!.
Querido Miguel: al final está ocurriendo lo mismo que le ocurrió a tu abuelo en la época del "Tu aplauso un voto".
ResponderEliminarLa "derecha" española es infumable (incluida eso que llaman franquismo sociológico).
Un abrazo.
Totalmente de acuerdo contigo, Seneka.
ResponderEliminarUn abrazo