lunes, 26 de diciembre de 2011

SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR


Dichoso tú Esteban: que por proclamar tu amor a Cristo
en la tierra te fuiste a acompañarlo a Él en el cielo.
Haz que seamos muchos, muchísimos los que con
nuestras palabras y buenas obras nos declaremos
amigos y seguidores de Jesús en esta vida y
seamos sus compañeros en el gozo eterno del Paraíso. Amén.

Esteban significa: "coronado" (Esteb: corona).

Este santo se llama "protomártir", porque tuvo el honor de ser el primer mártir que derramó su sangre por proclamar su fe en Jesucristo.

Esteban era uno de los hombres de confianza de los apóstoles. La Sagrada Biblia, en los Hechos de los Apóstoles, narra que cuando en Jerusalén hubo una protesta de las viudas y pobres que no eran israelitas porque en la distribución de las ayudas se les daba más preferencia a los que eran de Israel que a los pobres que eran del extranjero, los 12 apóstoles dijeron: "A nosotros no nos queda bien dejar nuestra labor de predicar por dedicarnos a repartir ayudas materiales". Y pidieron a los creyentes que eligieran por voto popular a siete hombres de muy buena conducta y llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, para que se encargaran de la repartición de las ayudas a los pobres. Y entre los siete elegidos, resultó aclamado Esteban (junto con Nicanor, Felipe y otros). Fueron presentados a los apóstoles los cuales oraron por ellos y les impusieron las manos, quedando así ordenados de diáconos (palabra que significa "ayudante", "servidor". Diácono es el grado inmediatamente inferior al sacerdote).

Los judíos provenientes de otros países, al llegar a Jerusalén empezaron a discutir con Esteban que les hablaba muy bien de Jesucristo, y no podían resistir a su sabiduría y al Espíritu Santo que hablaba por medio de él. Siempre les ganaba las discusiones. Lo llevaron ante el Tribunal Supremo de la nación llamado Sanedrín, para acusarlo con falsos testigos, diciendo que él afirmaba que Jesús iba a destruir el templo y a acabar con las leyes de Moisés. Y los del tribunal al observarlo vieron que su rostro brillaba como el de un ángel.

Esteban pronunció entre el Sanedrín un impresionante discurso en el cual fue recordando toda la historia del pueblo de Israel (Está en el Capítulo 7 de los Hechos de los Apóstoles) y les fue echando en cara a los judíos que ellos siempre se habían opuesto a los profetas y enviados de Dios, terminando por matar al más santo de todos, Jesucristo el Salvador. Al oír esto, ellos empezaron a rechinar de rabia. Pero Esteban lleno del Espíritu Santo miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la derecha de Dios y exclamó: "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre en pie a la derecha de Dios". Entonces ellos llenos de rabia se taparon los oídos y se lanzaron contra él.

Lo arrastraron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los que lo apedreaban dejaron sus vestidos junto a un joven llamado Saulo (el futuro San Pablo que se convertirá por las oraciones de este mártir) y que aprobaba aquel delito. Mientras lo apedreaban, Esteban decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu". Y de rodillas dijo con fuerte voz: "Señor, no les tengas en cuenta este pecado". Y diciendo esto, murió. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban y la comunidad hizo gran duelo por él.

sábado, 24 de diciembre de 2011

PROCESIÓN NAVIDEÑA

Jinetes persignados van llegando del Norte,
presintiendo el lucero,taloneando rocíos;
cicatrices de cardos en los cascos se clavan,
las plegarias por riendas,fierro y cruz por avíos.

Del Norte amurallado de algarrobales firmes,
bajan los peregrinos con crespones de puna,
te traen como ofrenda, Señor, un eco antiguo,
y el eco se arrodilla para besar tu cuna.

Van llegando del Sur los paisanos del viento,
cofrades de la nieve, arrieros sin más huellas,
que las coplas vertidas en diapasones blancos,
como la cal sencilla o las altas estrellas.

Del Sur donde una herida de sangre memoriosa,
arriban portadores del pendón y el venablo,
son guerreros vencidos, Señor, pero la herida,
es gloriosa y merece coronar tu retablo.

Llegan desde el oeste porque la roca sabe,
su destino de signo triunfal que prevalece,
quebrarán las montañas mil hachazos de soles,
pero una piedra sola ni se agrieta o perece.

Del oeste partieron con el vértigo a grupas,
pobladores de cumbres que talló algún orfebre,
es vértigo que guarda la hazaña de la tierra,
recíbelo, Señor, en tu austero pesebre.

También llegan del este, transidos de horizonte,
talegas desbordantes de trigo y de glicinas,
entre hileras de talas que refiló el pampero
y el estampido agreste de briosas carabinas.

Del este no te faltan los hombres que se acercan,
malambeando las penas y la pampa por ley,
la pena tiene el sello, Señor, de tu calvario;
acéptala tumbada con la mula y el buey.

No llegan, no es posible, no hay puntos cardinales;
no hay rosa de los vientos que oriente sus pisadas,
para aquellos espectros de traicioneras manos,
en el filo del odio de un puñal maniatadas.

Han perdido los rastros porque hollaron Tu Nombre;
están ciegos de cielo, cautivos del fangal,
rechazaron la Noche del Cordero Naciente,
arrojaron abrojos al agua bautismal.

Del Oeste o del Sur, ya del Norte o del Este,
del flanco de la patria que marche en procesión,
haznos llegar intactos, Señor, para decirte:
somos tu grey, tus hijos, tu falange y legión.

Antonio Caponnetto

jueves, 8 de diciembre de 2011

ORACIÓN A MARÍA INMACULADA POR ESPAÑA

¡Oh María Inmaculada, amada patrona de España¡ En estas horas aciagas por las que atraviesa la humanidad y particularmente nuestra patria España, tu tierra, como siempre se ha llamado y cuya confirmación hizo tu siervo Juan Pablo II en Santiago de Compostela, al despedirse de España en su I Viaje Apostólico a nuestra nación.

Acudimos a ti, ante tu Trono de Gloria, donde te hayas Coronada por la SANTÍSIMA TRINIDAD, y venerada por los Coros Angélicos y todos los bienaventurados de la Patria Celestial, que alaban tus grandezas cumpliendo la profecía que tú misma hiciste: “Bienaventurada me llamarán todas las generaciones”.

A tu Corazón Inmaculado confiamos España, en estos momentos de oscuridad que atravesamos. Oscuridad porque hoy más que nunca se ataca la Santa Fe Católica que el Apóstol Santiago el Mayor, predicó en estas tierras. Y cuyas muestras maternales tuyas recibió al visitarle en carne mortal para entregarle la Santa Columna de la Fe en Zaragoza. Y donde prometiste que la fe en esta tierra, siempre se conservaría, hasta el final de los tiempos.

En estas horas difíciles acudimos a ti gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas... Y te queremos confiar nuestra nación, con todos sus habitantes, desde los más pequeños, hasta los más mayores, desde los jóvenes, hasta los enfermos, los matrimonios, sacerdotes, religiosos y religiosas; los misioneros que allende los mares han ido para predicar el Santo Evangelio de tu Hijo Divino y dar la luz de la Verdadera Fe.

Acudimos a ti suplicándote que no permitas que el Maligno Enemigo, el Diablo y Satanás, Angel caído y rebelde, convertido en diablo por su soberbia, haga infecunda en nuestra patria la Sangre Divina que tu Hijo Jesús derramó en la Cruz y que cada día se vuelve a sacrificar en nuestros altares al celebrar el Santo Sacrificio de la Misa, memorial de su Santa Pasión y salvación para el mundo entero.

Te pedimos que nos libres:

- De la apostasía que hoy se quiere implantar por doquier desde las altas instancias.

- De la invasión islámica, solapada y callada que estamos sufriendo y cuyas consecuencias ya se palpan. ¡Qué será de nosotros en el futuro¡

- De las sectas satánicas, masónicas, heréticas y cismáticas que hoy pululan por doquier y extienden su pésima influencia en las almas, compradas al precio de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

- De la degeneración de las costumbres.

- De las leyes y modos de vida antinaturales, cuyos pecados claman al cielo.

- Del crimen del aborto y la eutanasia.

- De la destrucción de las familias.

- De la droga y otros vicios que esclavizan al ser humano y lo anulan como persona.

- Del terrorismo y la violencia.

- De la facilidad de pisotear a cualquier ser humano hecho a imagen y semejanza del Creador.

Como en otras ocasiones, donde hemos sentido tus bondades de Madre Misericordiosa, acudimos a ti. Ponemos como intercesores a los patronos de España Santiago Apóstol y Santa Teresa de Jesús; a tu esposo San José; a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo; al Arcángel San Miguel y al Santo Ángel Custodio de España.

Que del uno al otro lugar de todo nuestro suelo patrio se oiga este canto y esta alabanza: “Bendito y alabado sea el Divino Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María”.

¡Que el Reino de los Sagrados Corazones venga pronto a Nuestra Patria!

Amén.

Padre Andrés Garcia T.

ESPAÑA ES LA INMACULADA


Escribía hace un siglo Donoso Cortés: "El español es un pueblo épico; cuando apartamos los ojos, humedecidos con lágrimas de su miseria presente y los fijamos en los tiempos de su pasada grandeza, un santo y respetuoso pavor se pone en nuestros corazones y humillando nuestras frentes al verle pasar, decimos: Aquel que pasa por allí, dejando atrás un surco luminoso, es el Pueblo de quien nosotros venimos, es el noble Pueblo Español, tan famoso por sus pasadas glorias como sus infortunios".

Bajo los efectos cada vez más implacables de una como venganza bíblica, contra el Pueblo que llevó el Evangelio a más de la mitad del orbe, y por el que hoy todavía más de la mitad de la Iglesia debe su fe a la sangre y la predicación española, día tras día España va dejando de ser España. La Revolución anticristiana no se contenta, como en otras partes, con poner la nación entera al servicio de la misma Revolución. Para el caso de España, el infierno ha decretado desde hace siglos, la liquidación física de España. El padre de la mentira es asesino. Asesino de almas y asesino de cuerpos. Primero mata las ideas, los principios, las verdades de las que viven las almas. Luego hace que se asesinen los hombres. Somos testigos de los últimos esfuerzos por arrancar el alma a España. Desde el odio a su bandera, hasta la supresión de las fiestas religiosas. La muerte a diario, el asesinato cobarde, de hijos de España, han jalonado todos los meses de este año de infortunios de 1980 que hubiera convertido la pluma de Donoso Cortés en un trasunto de la inspiración del profeta Jeremías.

Peor hay un grito que nos llena de esperanza: ¡España es la Inmaculada!. La Generalidad pre marxista instalada sobre las ruinas de la auténtica Cataluña hispánica, con el consentimiento de los obispos de Cataluña, ha suprimido la fiesta de la Inmaculada. El gobierno de España, con la posición oportunista también de muchos obispos, se frota las manos ante la próxima aprobación de una ley del divorcio, golpe mortal para la familia española resquebrajada en su espíritu cristiano. No hemos llegado aún a apurar el cáliz de los males que va a permitir el Señor, para purificarnos de muchos pecados como hemos cometido. Pero no temáis, que la virgen Inmaculada vencerá en esta batalla, que no se riñe con armas de acero, sino con oraciones, sacrificios y deber

José María Alba Cereceda, S.J.
1980

jueves, 13 de octubre de 2011

CONSIDERACIÓN PARA LA FIESTA DEL PILAR

La Unión Seglar y la Asociación Juvenil estuvieron presentes en Toledo, el 25 y 26 de Noviembre. Allí celebramos el 150 Cenáculo. Allí celebramos también los veinte años de la Unión Seglar. Allí conmemoramos el catorce centenario del nacimiento de España como nación católica. Hasta entonces la Península Ibérica no era nación. Había sido provincia romana tras la conquista de las legiones de Roma. Luego monarquía goda. Pero la Hispania provincia romana y reino godo se hizo nación católica el día que el Estado, por boca de Recaredo Rey, reconoció derechos de Jesucristo sobre España.

Debemos dar gracias a Dios porque solamente aquellos actos del mes de Noviembre han sido los que verdaderamente dieron significación exacta de la grandeza del hecho conmemorado, y han supuesto al mismo tiempo, una voz que clama en medio de la apostasía generalizada o del conformismo, que hay que reconquistar España para Jesucristo.

Tanto los que estuvisteis presentes en aquellos dos días, que no dudo en llamar históricos, pensando en la trascendencia que pueden tener para el futuro, como los que os hicisteis presentes en espíritu, debéis sacar estas consecuencias que ahora apunto.

1ª No hay cristianización y conversión de un pueblo, mientras el Estado, en su cabeza y en sus miembros no sea católico en toda su manera de gobernar. Por eso debemos pedirle insistentemente a la Virgen Inmaculada, Patrona de España, que nos mande políticos católicos que pongan como principio esencial de sus banderas de acción política, reconquistar España para Jesucristo y restarurar la Unidad Católica, haciendo que el Estado se someta en sus leyes a la doctrina de la Iglesia. Y además de orar por esa intención sagrada, colaborar en todo movimiento político que tenga ese programa y lo quiera llevar eficazmente a la práctica.

2ª No dar oídos a los que dicen que no son estos los tiempos de imponer desde arriba la fe religiosa. Advertir que todo lo han impuesto desde arriba los enemigos de Dios. El Protestantismo, lo impusieron por la fuerza. El Liberalismo con la guillotina y las guerras napoleónicas. El Marxismo por el terror comunista y socialista. La fe católica no se impone por la fuerza, porque Jesucristo es Rey pero no con la fuerza de este mundo. Pero el Estado católico, que debe tolerar mientras sea necesario errores, costumbres no católicas y falsas religiones, al mismo tiempo favorece, fomenta y ayuda a la propagación de la verdadera religión y de esa manera se crea un clima social que permite que los católicos puedan vivir mejor su religión y los que no lo son, encuentren más fácilmente el camino de su salvación, formando en su día libremente en la Iglesia católica.

Por esa razón, la labor de los gobernantes católicos, que trabajan seriamente en la catolización de su Patria, aunque tengan que remar contra corriente, llevan a cabo la mayor obra de caridad que pueda hacerse, ya que si salvar un alma es una gran obra de caridad para toda la eternidad, imaginaros lo que significa que toda una nación sea y persevere en su ser católico y con ello se salven millones y millones de almas.

Dios bendiga a todos vosotros que jurasteis defender la Unidad Católica. Pero no basta comprometerse a ello. Es preciso también que oremos cada día por esa intención. La oración todo lo puede, y una vez más será un hecho lo que dijo la venerable Madre Maravillas de Jesús: "la oración salvará a España".

José María Alba Cereceda S.I.

viernes, 9 de septiembre de 2011

LA IGLESIA Y LA GUERRA ESPAÑOLA DE 1936 A 1939


Nuevo libro de Blas Piñar López sobre la "Iglesia y la Guerra Española de 1936 a 1939".


"Me creo obligado a escribir este libro para dar testimonio a las nuevas generaciones de lo que fue la Cruzada española de 1936 a 1939, «una de las gestas más limpias, más hermosas y más heroicas de una patria en la que los héroes y los santos nacieron con tanta abundancia como las flores en la primavera», así como de lo que yo llamo «proceso secularizador», que ha ido minando y destruyendo todo lo que supuso y significó dicha Cruzada y el Estado confesional que nació de ella, católico, nacional y social, al servicio del bien común, consiguiendo que España se reencontrase a sí misma, como quería Ángel Ganivet, reconstruyéndola «sobre los sillares de la tradición».

Lo que importa destacar para comprender la Cruzada es que lo que se puso en juego durante la misma era una civilización de raíces cristianas; raíces que con su savia habían creado Europa, y que en España, providencialmente, aún tenían vigor para alzar en armas a una parte de nuestro pueblo, y enfrentarse y vencer a un enemigo poderoso y sin escrúpulos, que pretendía sustituir esa civilización por otra —que en realidad no puede considerarse civilización—, antitea y antiespañola".

Blas Piñar López

domingo, 31 de julio de 2011

LA MARCHA DE SAN IGNACIO

Fundador
sois, Ignacio y General
De la Compañía real
Que Jesús
con su nombre distinguió.

La legión de Loyola
con fiel corazón,
Sin temor enarbola
la cruz por pendón:

¡Lance, lance a la lid fiero Luzbel
A sus monstruos en tropel!

De Luzbel las legiones
Se ven ya marchar
Y sus negros pendones
El sol enlutar,

¡Compañía de Jesús
corre a la la lid,
A la lid!

Del infierno la gente
No apague tu ardor,
Que ilumina tu frente
De Ignacio el valor.

Ya voces escúchanse
De trompas bélicas.
Y el santo ejército
Sin tregua bátase,
Y alza sus lábaros
En la batalla campal.
Fiel presagio
del lauro bélico y de la paz.
Del lauro y de la paz.

lunes, 25 de julio de 2011

SANTIAGO APÓSTOL, PATRÓN DE ESPAÑA


Hermano del Zebedeo,
viniste a España a luchar,
contra el oprobio del moro,
defendiendo la cristiandad.

Astro brillante del cielo,
espada que enseña verdad,
tu gloria pervive en nosotros,
tu nombre en el santoral.

Evangelio de Cristo nos diste,
y el mundo poder conquistar,
tu tumba visitan los niños,
que hombres se van a forjar.

Rezamos a Dios tu martirio,
con grito de Europa triunfal,
lloramos arrepentidos,
no seguir tu peregrinar.

En este día de julio,
que ¡vivas! te vamos a dar
envíanos tu misiva,
para a Dios glorificar.

La tierra ha dado su fruto,
aunque debemos oración,
grítanos “¡cierra España!”
y ensánchanos el corazón.

Camilo Menéndez Glez-Palenzuela

jueves, 7 de julio de 2011

¡NO PIDA PRESTADO!

El último rescate financiero de Grecia, si se realiza, va a aplazar una vez más el día desastroso para la Unión Europea y tal vez para el sistema financiero mundial, pero el día únicamente se pospuso, no se canceló. El problema es sistémico. Si los políticos demócratas quieren ser re-elegidos, deben de pedir prestado para pagar la asistencia social gratuita a la que ellos mismos han acostumbrado a la gente a exigir, pero la locura para individuos, familias o naciones de sacar préstamos sobre préstamos no puede durar por siempre, y un día se suscita un paro estrepitoso. Esos pueblos y políticos han estado por un largo tiempo en el camino incorrecto, pues la decisión de acumular los préstamos es normalmente estúpida o criminal.

Es estúpido si se ha olvidado la sabiduría básica de estas tres líneas de Shakespeare, que superan muchísimos volúmenes escritos por "economistas" profesionales: - "Procura no dar ni pedir prestado a nadie / Porque el que presta suele perder a un tiempo el dinero y al amigo / Y el que se acostumbra a pedir prestado falta al espíritu de economía y buen orden." En otras palabras el hábito de pedir prestado nos acostumbra a no utilizar racionalmente los recursos a los que tenemos acceso. Por ejemplo, el dinero prestado se obtiene fácilmente, por lo menos para empezar, y así disminuye el sentido del valor del dinero y el sentido de la realidad, por ejemplo lo difícil que puede ser ganar el dinero o eventualmente pagar la deuda. En cuanto a prestar, dice Polonio (Hamlet, I, 3), no solamente a menudo no se pagan las deudas, sino que también si he prestado a un amigo, quien no puede pagarme, puede tener demasiado miedo o estar avergonzado como para volver a acercarse a mí.

Sin embargo, no todos los prestamistas son estúpidos. Varios de ellos son criminales, porque saben que al prestar dinero a tasas de interés usurarias pueden someter a los individuos, a las familias y a las naciones a la pobreza y a la esclavitud - "El que toma prestado es siervo" (o esclavo) "del que presta" (Prov. XXII, 7). Algunas tarjetas de crédito hoy en día pagan tasas de entre el 20 y el 30% de interés, sin embargo la Iglesia Católica siempre ha condenado severamente la usura. Los usureros son criminales que destruyen la estructura de la sociedad empobreciendo y esclavizando a los hombres o a naciones enteras.

En los tiempos modernos la usura toma diferentes formas, dicen los Papas, y esta es la razón por la cual el mundo entero debería hoy en día darse cuenta de que él mismo se ha dejado esclavizar por los astutos maestros del dinero, que utilizan su riqueza para dominar a los medios y a los políticos en particular, así comprando el control de la sociedad entera que se entrega a Mamón. La pregunta entonces surge, ¿cómo pudo Dios permitir que se diera esa problemática y cómo es que puede ahora proponerse permitir el sufrimiento inmenso que vendrá con el inminente colapso financiero y/o la Guerra Mundial, ambos maquinados por sus enemigos para obtener, como esperan, la totalidad del poder mundial?

La respuesta es que les ha dado tanto poder a sus enemigos porque la crueldad e inhumanidad de los mismos le sirven como el azote que caerá sobre las espaldas de un mundo que se ha apartado de Él y que ha preferido tomar a Mamón como su maestro - no podéis servir a Dios y a Mamón, dice Nuestro Señor (Mateo VI, 24). Y Dios permitirá mucho más sufrimiento en el futuro inmediato, porque "En el sufrimiento se aprende" (Esquilo), y de hecho únicamente el sufrimiento severo será suficiente hoy en día para permitirle a un número significativo de almas alrededor del mundo aprender que su materialismo y adoración de Mamón son enemigos traicioneros de su único verdadero interés, la salvación de sus almas eternas.

Madre de Dios, ¡Obtén misericordia para nosotros, pobres pecadores!

Kyrie eleison.

Mons. Richard Williamson

viernes, 17 de junio de 2011

25 ANIVERSARIO. COMANDANTE YNESTRILLAS, ¡¡PRESENTE!!

No quiero que pase desapercibida la fecha del 17 de Junio. Para mí es relevante. Tanto que, ese mismo día, hace hoy veinticinco años, nos robaron a un hombre enamorado de España, un romántico en el sentido más puro y noble del vocablo. A un militar que formó de verdad en la escuadra de aquella “religión de hombres honrados” que nos describiera Calderón de la Barca. Y digo nos lo robaron, porque hoy, tantos años después, sigo creyendo que el Comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas formó parte de mi patrimonio.

Existen familias que traspasan el vínculo de la sangre estableciendo lazos aún más perdurables que el mismo hogar. Si la Fe nos hace partícipes de una comunión espiritual, las Ideas entrelazan los corazones formando una hermandad inquebrantable. La Fe y las Ideas, compartidas, convierten el quehacer de dos hombres en una trinchera, donde se vive y se muere de forma constante por un pensamiento sagrado. Un pensamiento que jamás fue fugaz, inestable o frágil. Es el pensamiento sagrado, sublime, de los grandes hombres, héroes de una Causa, paladines de una Patria, centinelas augustos de valores eternos e inmortales. El comandante Ynestrillas fue un elemento inmovible y perseverante de aquella trinchera que es cruzada y reconquista. Y allí se posicionó junto con otros españoles que querían seguir siendo herederos del 18 de Julio, amigos y camaradas, militares aislados y marginados por resistirse al abandono de su juramento en defensa de la Fe y de la Patria. Ahí estaban el Capitán de Navío Camilo Menéndez Vives y el Comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas. Carlista el primero. De los de verdad. De aquellos que como él, con quince años, empuñaron las armas para defender España en aquel memorable Alzamiento Nacional. Falangista el segundo. De mente y corazón azul hasta caer asesinado por la metralla marxista como ocurrió en Alicante un veinte de noviembre de 1936. Hicieron de la boina roja y la camisa azul el símbolo inmortal de una lucha hasta el umbral de la muerte. Dos hombres que han dejado testimonio de una hermandad ejemplar pues jamás encontraron barrera alguna en el amor a la Patria. Conjugaron, con su amistad, el tradicionalismo de Vazquez de Mella y el Nacional Sindicalismo de José Antonio.

Desde antaño, él y su familia, estuvieron unida a la mía. Cuántas veces en mi casa recibimos al Comandante para festejar el 18 de Julio, conmemoración onomástica también de San Camilo. Tal es así, que escritores sobre el 23 F (Pilar Urbano) llegaron a afirmar que la casa de mi abuelo Camilo era un auténtico nido de golpistas. Llámelo como se prefiera. Golpistas, ultras o fascistas. Pero aquellos hombres (los Tejero, Ynestrillas o Menéndez) hicieron de su Fe una milicia y de la milicia un acto de servicio a la Fe. Hipotecaron sus vidas en aras de la grandeza de la España auténtica, forjando, ellos sí, una camaradería inquebrantable. Esa es la única camaradería que es posible. La única en la que creo, alejada de la palabrería fácil y abrazada al sacrificio, a la austeridad, al compromiso.

La convulsión de los años del consenso entre los enemigos de España, para derribar, primero y aniquilar después, la obra nacida de la Cruzada, cimentada sobre la sangre aún caliente de los mártires y los héroes que vencieron bajo una misma bandera, roja y gualda, y al lado de la espada más limpia de Europa, que representó el invicto Caudillo, hizo de este pelotón de soldados una espina clavada en este sistema democrático y liberal. Se hacía urgente su eliminación. La represión, la cárcel y los arrestos eran cotidianos, mientras el terrorismo antiespañol de ETA era amnistiado en virtud de la reconciliación nacional mientras seguían asesinando por la espalda a militares, guardias civiles o policías armados, cuando no eran españoles llanos y sencillos. Unos eran escogidos al azar por el simple hecho de ser españoles. Otros eran objetivos señalados ya que, aparte de ser españoles, defendían públicamente y casi en solitario la españolidad propia, con orgullo, y la de Vascongadas y Navarra. El gobierno, en colaboración con la banda marxista ETA eligió al Comandante Ynestrillas para que éste fuera su próxima víctima.

Le asesinaron. Más de treinta balas atravesaron su cuerpo sin que pudiera él defenderse. Lo acribillaron en la puerta de su casa. Karina, su mujer; Martín, Ricardo y Fernandito, sus hijos, estaban allí. Escucharon la descarga de muerte. La desgarradora descarga que dejó, desde aquel instante, una viuda y tres huérfanos y varias nietas que nunca pudieron conocerle. Y más que eso. Cientos de españoles que compartimos, años más tarde, la trinchera que siempre ocupó. Trinchera, además, regada con su sangre, siendo un imperativo más para la lucha, la que él mismo sostuvo hasta la muerte. Una vez más, los cobardes matan por la espalda. Pero si alguien era capaz de sufrir tal descarga de plomo y pólvora, ese era el Comandante Ynestrillas. Pudieron acabar con su cuerpo. Destrozarlo incluso. Pero su alma, prendida del fuego por España, incesantemente ardiendo y fervientemente combativa, voló al Cielo, para encuadrarse, arma al brazo, con el Dios de los Ejércitos.

Hoy, habiendo pasado dos decenios de su asesinato, intento imaginar sus últimos pensamientos. No hay duda. Murió pensando en España. Murió por España. Hizo suya aquella consigna viril, recia y enérgica, antagónica a las voces pacifistas, de Patria o muerte. Ese fue su destino, que él abrazó. Y subió al Cielo con las únicas condecoraciones válidas para un militar en guerra: las cicatrices que dan fe de las heridas.

Allí, en los luceros, monta guardia. Junto con tantos camaradas del ayer glorioso esperando completar las escuadras con nuevos combatientes que mueran por la Patria. Y vendrán. Y se alzarán, pues el ejemplo de la sangre derramada es acicate para las voluntades juveniles que sueñan, como él, en la nueva primavera de la España eterna. Desde hace veinte años, el apellido Ynestrillas está irrevocablemente unido a la Patria cautiva esperando ser reconquistada, otra vez, por un puñados de hombres dispuestos al sacrificio supremo.

A mi querida Karina, su viuda, mi enhorabuena por el ejemplo de su marido, sabiendo, que detrás de un gran hombre siempre se esconde una gran mujer. A sus hijos, Martín y Ricardo, la exhortación de ser fieles, no ya a su padre, sino a lo que su padre ha representado. A Fernandito, que siendo niño se fue con su padre al cielo, que ruegue por España. Y a toda su familia, mi abrazo más fuerte, estrecho y sincero, con renovada fidelidad a la sangre vertida por el Comandante Ynestrillas.

Déjeme mi Comandante, que invocando su nombre grite, palma al cielo: ¡PRESENTE!

Miguel Menéndez Piñar

domingo, 5 de junio de 2011

LOS ANDALUCES Y "SU BANDERA"

Blas Piñar explica qué tipo de bandera se ha enarbolado en nombre de los andaluces.

sábado, 4 de junio de 2011

EL DERECHO A VIVIR. BLAS PIÑAR

El Derecho a Vivir, en palabras magistrales de Blas Piñar.

lunes, 30 de mayo de 2011

ARENGA DEL GENERAL YAGÜE EN BARCELONA


Al terminar la santa misa, el general Yagüe dirigió a través del micrófono la arenga siguiente:

Tenéis la suerte de haber nacido en esta tierra bendita por Dios y admirada por todos. ¡Catalanes! Yo, en nombre del Gobierno español y en nombre de la España de Franco, os saludo y os traigo a vosotros, a los que gritabais antes ¡Viva España! con emoción, os traigo, repito, un emocionado abrazo de hermanos.

Y a vosotros, catalanes, que os envenenaron con doctrinas infames, que os hicieron maldecir a España, que vivíais engañados por la propaganda, os traigo también el perdón, porque España es grande y fuerte y puede perdonar.

A vosotros, soldados de mi Patria, luchadores incansables, mi admiración, mi cariño y gratitud.

Habéis empleado una hora para dar gracias a Dios, que nos ha traído hasta Barcelona, protegiéndonos en la empresa, y al mismo tiempo para rezar también por los caídos aquí en la Plaza de Cataluña, cuajada de banderas de España y de Franco, y jurar que sabremos cumplir con el deber, por el que ellos cayeron, y que en nuestro camino nada ni nadie nos podrá contener.

Catalanes: ¡Arriba España! ¡Viva Cataluña española! ¡Viva España! ¡Viva Franco!

General Juan Yagüe
BARCELONA 26 DE ENERO DE 1939

miércoles, 18 de mayo de 2011

HABLA UN CURA CATÓLICO, SIN COMPLEJOS: EL PADRE ALBA

Nosotros estamos llamados a la gran batalla que hemos de luchar a las órdenes de la Mujer vestida de Sol. Tened coraje y combatid. Hemos de estar hechos para el ideal y no para el engaño. Si alguno de vosotros obra así, pido a Dios que pronto le aparte de nosotros. Que se quede con sus juegos, con sus novias, con sus ligerezas y con sus cobardías y mentiras.

Queremos hombres, y hombres verdaderos. Prefiero mil veces tener tres o cuatro hombres de verdad, que cuatrocientos o cuatro mil farsantes. Los primeros sabrán morir para con su sangre fructificar la tierra. Los cuentistas y farsantes no servirán más que para estorbar entre los que se tomarían en serio la santidad. Que se vayan con sus entretenimientos a otra parte. Que jueguen a sus diversiones privadas en otro lugar. Que hagan su vida con otras asociaciones. Y que nos dejen en paz, solos y felices, porque Jesús hará que empecemos un nuevo sendero de salvación de juventudes.

¿Falsos, cuentistas, ennoviadores, zánganos, comodones, aburguesados, hombres de ir tirando...? NO GRACIAS.

Padre José María Alba Cereceda S.J

lunes, 16 de mayo de 2011

BLAS PIÑAR A LA UNIÓN SEGLAR DE BARCELONA

Palabras de Blas Piñar a la Unión Seglar con motivo del Cenáculo de Mayo dedicado a los Héroes del Alcázar en el Colegio Corazón Inmaculado de María de Sentmenat fundado por el padre José María Alba.

Unas palabras para comenzar un acto en el que se conmemora, ya próximo, el 75 aniversario de la Liberación del Alcázar de Toledo. Convoca este acto la “Unión Seglar de San Antonio María Claret” y se celebra en la sede de la “Sociedad Misionera de Cristo Rey” a las que doy las gracias, de todo corazón, como hijo de uno de los defensores de la fortaleza y como padre de quien hoy está al frente de la Hermandad que agrupa a los que sobreviven y a sus familiares.

Y les doy las gracias porque rompen, en la medida en que les es posible, la hostilidad manifiesta de unos y el silencio cobarde de otros. Un gesto de valor como este trata de dar a conocer la verdad histórica y, además, se la aprecia y ensalza. Es una prueba de que los convocantes son fieles a las exigencias de la Fe cristiana y del Patriotismo como virtud.

No puedo olvidar tampoco mi vinculación con esta casa que conocí con motivo de una conferencia. Me invitó a pronunciarla el padre Alba, jesuita ejemplar, ignaciano hasta la médula y especialmente amigo del que os habla por medio de este escrito. Para él os pido no sólo una oración sino un aplauso cargado de emoción.

Y los recuerdos -fruto de la nostalgia, del afecto y la ejemplaridad- en la figura señera e inolvidable del que llamábamos “Obispo de España”, monseñor Guerra Campos, que aquí estuvo en muchas ocasiones, que aquí murió, y que nos ha dejado, para reflexionar y actuar, las páginas más elocuentes sobre la crisis de la Iglesia y la Transición política de España.

No quiero terminar sin una brevísima referencia a lo que significa la defensa del Alcázar de Toledo. Para mí, y creo que para los convocantes de este acto, para los que aquí están. Y para muchos españoles, el Alcázar es

- Un símbolo de resistencia heroica, como lo fueron Sagunto y Numancia
- Una constante histórica, en la que el entonces Coronel Moscardó se comportó como Guzmán el Bueno.
- Una victoria moral, que anunciaba la del 1 de Abril de 1939.
- Un precepto incorporado a la deontología castrense, que sintetizó Antonio Rivera, el Ángel del Alcázar: “Tirad, que es vuestro deber como soldados; pero sin odio, que es vuestro deber como cristianos”.
- Una prueba, en el Siglo XX, de que la Fe no se impone pero se propone, y añado, se defiende con una Cruzada.
- Un estímulo para seguir luchando, en el combate ideológico, por Dios y por España, como lo hacéis vosotros.

Blas Piñar López
15 de Mayo de 2011

viernes, 13 de mayo de 2011

AGNOSTICISMO Y LIBERALISMO PRODUCEN EL ESTADO NEUTRO

Cómo se declara a un tiempo imbécil y pedagogo único.

El concepto de la libertad ilimitada y arbitraria, y el concepto agnóstico del mundo inasequible al entendimiento humano, donde se relegan las verdades religiosas, han producido como aplicación política un monstruo singular que se llama Estado neutro. ¡La neutralidad del Estado en materia religiosa! En una sociedad dividida en creencias, ya se refieran al orden natural o al sobrenatural, el Estado no puede tener más que tres posiciones y adoptar tres actitudes: puede representar la mayoría de creencias de esa sociedad, puede representar un fragmento, aun cuando sea la minoría de ellas, o puede intentar la representación de aquello en que coincidan todos.

En el primer caso, hará de lo común regla, que tratará de extenderse y convertirse en única. En el segundo, elevará la excepción a regla común, no expresando la opinión de los más, sino imponiendo la de los menos, aunque, por supuesto, invocando la democracia y la voluntad colectiva.

En el tercer caso, la representación de lo que es común por encima de lo que es diferente, es la que suele invocarse para disfrazar el segundo, que es el que se practica. ¿Puede existir ese Estado neutral?

Cuando la división entre las creencias es tan honda que del orden sobrenatural trasciende a las primeras verdades del orden natural; cuando los hombres no están conformes ni acerca de su origen, ni de su naturaleza, ni de su destino, ni, por consiguiente, acerca de sus relaciones, ni de las normas de su conducta, entonces la oposición es tan grande, que el Estado que cruce los brazos en presencia de esas diferencias se encontrará colocado en una situación muy extraña: él se declarará indiferente ante las diferencias, y no será raro que los creyentes y los no creyentes le vuelvan la espalda y se declaren también indiferentes, con una indiferencia que haga causa común con el desprecio, hacia una entidad que no toma parte en aquellas cosas que más interesan a los hombres.

¡Estado neutral! Estado que no sabe nada ni afirma nada acerca de las creencias en un mundo sobrenatural y de las relaciones con él, que no sabe nada acerca del origen del hombre, que ignora cuál es la naturaleza humana, cuál es su destino y cuáles son las normas de su vida individual y social, es un Estado tan extraño, que, al no afirmar nada de lo que a los hombres más importa, al elevar a dogma la ignorancia, que por ser de cosas supremas es la suprema ignorancia, viene a declararse inútil e imbécil.

Imbécil, sí, porque el Estado idiota, como le llamaba gráficamente Campoamor, es aquel que no sabe nada de los problemas que el sepulcro plantea y de los problemas que el sepulcro resuelve. Se declara incapaz de gobernar a nadie quien dice, refiriéndose al orden religioso y al orden moral y al fundamentalmente jurídico: ”Yo no puedo afirmar nada de esas cosas, porque no sé nada”. ¿Y cuál es la consecuencia inmediata de ese concepto de Estado neutro? La de no intervenir en esos problemas que él mismo declara que ignora, la de declararse incompetente y dejarlos a los que los conocen, puesto que él se expide a sí mismo patente de incompetencia y hasta de imbecilidad.

Y, sin embargo, hace todo lo contrario. Es el Estado que más interviene. ¿Y por qué interviene? Porque su neutralidad en relación con todas las creencias que luchan y que combaten en la sociedad, no es más que el resultado de un juicio en que las declara dudosas, reduciéndolas a meras opiniones; y al trasladar su parecer a los actos y a las leyes, impone ese juicio, afirmando la negación o la duda, es decir, imponiendo la impiedad, o imponiendo el escepticismo como dogmas negativos de un Estado que, después de ser idiota, viene a declararse Pontífice al revés.

Ese Estado interviene en la enseñanza; y ¡cosa singular, señores! El Estado, que no es agricultor; el Estado, que no es industrial; el Estado, que no es comerciante, aunque tenga la obligación de cooperar y de favorecer al comercio, a la agricultura y a la industria, el Estado se declara a sí mismo, no cooperador ni fomentador de la enseñanza, sino pedagogo supremo y hasta maestro único. ¡Y qué contradicción tan singular! No sabe nada de los problemas más transcendentales, de los que han sido siempre los primeros en todos los momentos de la Historia, y al mismo tiempo no tolera competencias y quiere ser ¡el maestro único! De las generaciones presentes y venideras. Se concibe que un Estado que afirme un orden natural y sobrenatural, que un Estado creyente como el de las edades cristianas, y hasta un Estado budista, o un Estado musulmán, trate, sirviendo como de instrumento a la creencia que profesa, de llevarla a la práctica y de infundirla; pero que un Estado que se declara a sí mismo interconfesional, que declara que no sabe nada de lo que no debe ignorar nadie, ni por obligación, ni por cultura, se declare a sí mismo incompetente, primero, y el más competente, después, para intervenir en la enseñanza, eso es el absurdo. Y, sin embargo, ved cómo interviene. La gradación es la siguiente: primero se declara potestativa en la enseñanza la enseñanza religiosa; después se declara neutra la escuela, y más tarde se suprime la religión hasta en las escuelas privadas, centralizando la enseñanza en las públicas, y dispersando a los maestros religiosos para que detrás de la ignorancia religiosa venga el odio de la escuela francamente atea.

Fragmento del discurso: “Examen del nuevo derecho a la ignorancia religiosa” del excelentísimo señor Don Juan Vázquez de Mella y Fanjul

jueves, 12 de mayo de 2011

El 13 de Mayo de 2011, Santa Misa y Santo Rosario en Lavapiés

Ante su extraordinaria importancia, rogamos la máxima difusión del siguiente comunicado:

El 13 de Mayo de 2011, Santa Misa y Santo Rosario en Lavapiés

En el madrileño barrio de Lavapiés ha sido autorizada la manifestación convocada por una llamada “Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores” para el viernes 13 de mayo de 2011.

Comenzará a las 20:30 horas en la calle Santa Isabel 21 y finalizará en la plaza de Lavapiés. Se desconoce por ahora el itinerario exacto.

Pues bien, ese mismo día, el 13 de Mayo, Conmemoración de Nuestra Señora de Fátima, un grupo de católicos vamos a escuchar en Lavapiés la Santa Misa de 19:00 horas en la Parroquia de San Lorenzo, Calle Doctor Piga, 4, Madrid.

Y en ese mismo barrio de Lavapiés, rezaremos, en la calle, delante de la iglesia y de quien haga falta, el Santo Rosario, en desagravio por las ofensas cometidas en España contra Dios, la Virgen María y los santos.

“El Santo Rosario es arma poderosísima”.
S.S. LEÓN XIII, Octobri Mense, n. 8

Con nosotros quien quiera, ¡contra nosotros quien pueda!

Acude y difunde ☩ Santiago y Cierra, España

REPORTAJE SOBRE LOS JÓVENES DE SAN JOSÉ

Reportaje sobre la Asociación Benéfica Jóvenes de San José, nacida en el seno de la Unión Seglar de San Antonio María Claret, fundada por el padre José María Alba Cereceda S.J.

lunes, 9 de mayo de 2011

CAMILO MENÉNDEZ VIVES O LA EXALTACIÓN DEL HONOR Y LA AMISTAD


"Camilo Menéndez añadió que antes de acudir al Congreso fue a su destino, vestido de militar, y comunicó a su superior inmediato, el contraalmirante Martín de la Oliva, que iba a dirigirse al Congreso, cuando ya estaba todo perdido, para dar un abrazo a Tejero".

"El Capitán de Navío Camilo Menéndez Vives, abandona la sala en donde se celebra el juicio con un puro apagado en la boca".

miércoles, 4 de mayo de 2011

MIENTRAS ALGUNOS BUSCAN DRAGONES...

Al Jefe del Estado Francisco Franco.

Excelencia,

No quiero dejar de unir a las muchas felicitaciones que habría recibido, con motivo de la promulgación de los Principios Fundamentales, la mía personal más sincera.

La obligada ausencia de la Patria en servicio de Dios y de las almas, lejos de debilitar mi amor a España, ha venido, si cabe, a acrecentarlo. Con la perspectiva que se adquiere en esta Roma Eterna he podido ver mejor que nunca la hermosura de esa hija predilecta de la Iglesia que es mi Patria, de la que el Señor se ha servido en tantas ocasiones como instrumento para la defensa y propagación de la Santa Fe Católica en el mundo.

Aunque apartado de toda actividad política, no he podido por menos de alegrarme, como sacerdote y como español, de que la voz autorizada del Jefe del Estado proclame que “la Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única y verdadera y Fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su legislación”. En la fidelidad a la tradición católica de nuestro pueblo se encontrará siempre, junto con la bendición divina para las personas constituídas en autoridad, la mejor garantía de acierto en los actos de gobierno, y en la seguridad de una justa y duradera paz en el seno de la comunidad nacional.

Pido a Dios Nuestro Señor que colme a Vuestra Excelencia de toda suerte de venturas y le depare gracia abundante en el desempeño de la alta misión que tiene confiada.

Reciba, Excelencia, el testimonio de mi consideración personal más distinguida con la seguridad de mis oraciones para toda su familia.

De Vuestra Excelencia affmo. in Domino
Josemaría Escrivá de Balaguer
Roma, 23 de mayo de 1958.

martes, 3 de mayo de 2011

BAJO EL PODER...


Siempre hemos dicho al recitar el Credo o Símbolo de la Fe que Nuestro Señor Jesucristo padeció “bajo el poder de Poncio Pilato” (sub Pontio Pilato). No deja de resultar sorprendente que se mencione en tan alta ocasión a un mero gobernador romano de provincia que no buscó ni deseó la muerte de Jesús —que trató de eludirla—, y no a Herodes o a Caifás o a los Príncipes de los Sacerdotes que la promovieron y consiguieron, o a Judas que lo entregó, o, en otro caso, al Emperador de Roma de quien Pilato era un simple delegado.

La actual traducción al castellano, realizada por la Iglesia posconciliar, sustituye la expresión “bajo el poder de” por “en tiempos de”. La inepcia es demasiado fuerte para que pueda admitirse simplemente como un “aggiornamento” de lenguaje. Nadie en el mundo conservaría hoy memoria de Poncio Pilato si no hubiera intervenido en el proceso de Nuestro Señor Jesucristo. Un biógrafo de Pilato podría haber dicho que vivió en tiempos de Cristo, pero que Cristo murió en tiempos de Pilato carece por completo de sentido y posee cierto carácter grotesco. Sería como decir de Napoleón que murió en tiempos de Fouché. Incluso decir que murió en tiempos del Emperador Tiberio hubiera resultado extraño, porque la situación histórica de Cristo es incomparablemente más relevante que la cronología de los emperadores romanos. Pero ¡colocar la referencia en Poncio Pilato…!

Es evidente que nunca se trató en esta alusión a Pilato de una referencia temporal, y mucho menos al otorgarle ahora este carácter a los dos mil años de aquellos hechos. Se trata más bien de sustituir por esa localización histórica otra cosa. Y de hacer esa sustitución por algún motivo. ¿Qué cosa y qué motivo? He aquí la cuestión.

Ante todo, ¿por qué se menciona en el Credo a Poncio Pilato y no a aquellas otras figuras más directamente interesadas en la muerte de Cristo? ¿Por qué se ha condenado a ser mencionado en la muerte de Cristo durante siglos y siglos a un hombre que únicamente se mostró débil y atemorizado, que procuró, hasta cierto punto, evitar el desenlace?

Hay una primera respuesta, que quizá pudiera ser suficiente: porque en Pilato residió el poder —y el libre albedrío— para decidir la muerte y suplicio de Cristo. Los judíos no hubieran tenido ese poder si Pilato no hubiera accedido. El César estaba muy lejos y no se enteró siquiera de lo que sucedía y de lo que en su nombre se decidió en Jerusalén.

Significaría esta explicación la responsabilidad personal que incumbe a cada hombre en sus grandes decisiones, y la responsabilidad muy especial del gobernante que no ejerce una mera función moderadora y dialogante, sino un ministerio sagrado de justicia. Pilato no quería la muerte de Cristo, pero fue el único que pudo evitarla, y el que no la evitó, antes bien, la sancionó con su inhibición y su venia. Esta extraña mención de aquel oscuro gobernador de provincia sería así como una proclamación, en el Símbolo de nuestra fe, de la realidad del libre albedrío humano, de la responsabilidad personal, y del sagrado ministerio del gobernante o del juez.

Pero cabe otra interpretación (entre otras muchas, dado que la Palabra inspirada es insondable):

¿Qué sabemos nosotros de Poncio Pilato? Según el Evangelio de San Juan, cuando Cristo se declara ante él testimonio de la verdad y afirma que cuantos son de la verdad escuchan su voz, Pilato pregunta: ¿qué es la verdad? (quid est veritas?) No pregunta ¿qué verdad es ésa? o ¿de qué verdad hablas?, sino ¿qué es la verdad? A lo que Cristo no respondió.

Pilato, como tantos romanos decadentes y escépticos, no creía en la verdad ni servía a ninguna verdad. Creería en la verdad de cada uno, en la verdad relativa al hombre, a cada hombre, verdad subjetiva, en evolución. Si hubiera hablado el lenguaje de hoy habría contestado: “¡La verdad! ¿Es que eres un ultra? Querrás decir tu verdad, tu opinión, no más valiosa que cualquier otra opinión”.

Pilato no profesaba el liberalismo como doctrina pública porque tal teoría no existía en su tiempo: sólo se daba entonces el escepticismo personal y el relativismo de la verdad. Él pertenecía a un pueblo religioso —el romano— que sacralizaba el poder y hasta a la misma figura del Emperador. Tampoco los judíos eran liberales, antes bien se gobernaban por una teocracia. Sólo Pilato era allí un precursor a título individual de la teoría que niega la verdad (y el bien) objetivos, por referencia a los cuales ha de juzgarse y gobernar. Como liberal subjetivo acudió para resolver la cuestión a la única fuente que queda a quien no cree en una verdad y un orden subjetivos: a la opinión de la multitud. Gobernar en tal caso es responder a los deseos de la mayoría, “oír al pueblo”, facilitar la paz y la convivencia, dado que la sociedad no es más que convivencia y nadie puede arrogarse el monopolio de la verdad, porque, ¿qué es la verdad? En consecuencia, se lavó las manos en el asunto para que no se alborotara el pueblo: una solución “democrática”. Además, al César, como a todo hombre, no gustarían las complicaciones, y tampoco escudriñaría demasiado la justicia de aquel remoto proceso que sólo tendría una víctima…

Cabría pensar entonces que al decirse en el Credo “padeció bajo el poder de Poncio Pilato” (al otorgar tal relevancia a este nombre) se significa —viendo en Pilato un símbolo— algo así como que “Cristo murió bajo el poder del liberalismo y la democracia”. (No como régimen jurídico o político válido, sino como disposición subjetiva en la mente y en el corazón de un hombre). Si sólo supiéramos de Pilato que autorizó la muerte de Cristo por debilidad o por miedo, tal alusión única permanecería misteriosa, pero esa pregunta previa ¿qué es la verdad? posee a esta distancia un gran valor aclaratorio.

Lo que, en consecuencia, intenta encubrir la iglesia posconciliar en las traducciones actuales con esa absurda localización cronológica en Poncio Pilato, es la referencia a su poder, a la índole de su poder y al liberalismo de su corazón. Y el motivo es que el espíritu que anima a esta Iglesia actual (en tanto que actual) está sumamente cerca del espíritu de Pilato: lo comprende y comparte cordialmente. Ella también crucificaría (o permitiría la crucifixión) de quien afirme una verdad y el deber de pertenecer a esa verdad y sólo a ella.

En los albores de nuestro siglo, San Pío X —el único pontífice santo de la modernidad— hubo de enfrentarse (y de juzgar) a una doctrina —y una actitud— que él llamó “modernismo”. Se trataba, en rigor, del liberalismo dentro de la propia Iglesia.

El modernismo afirmaba que el conjunto de verdades o dogmas de los que la Iglesia se supone depositaria son, en realidad, patrimonio de la humanidad entera, y que la religión —que debe ser dinámica y no estática— se identifica con la razón humana en su desarrollo, es decir, con el progreso de la ciencia. Todas las religiones —según esta teoría— poseen una parte de verdad, y su evolución las acerca en convergencia hacia una religión del futuro, racional y humana por entero. Las verdades absolutas o dogmáticas no existen: la religión, como las otras manifestaciones culturales, debe responder a la mentalidad y las necesidades del hombre en cada época. El evolucionismo (vitalista o dialéctico), el liberalismo, la democracia y aún el socialismo no se oponen en absoluto al cristianismo ni a esa futura religión planetaria, sino que han de verse como creaciones cripto-cristianas, es decir, cristianas aún sin saberlo. Su oposición al cristianismo es —según el modernismo— fruto sólo del enquistamiento o de la inmovilización dogmatista de la fe. Esta teoría, expuesta y condenada por San Pío X en su encíclica “Pascendi”, es lo que hoy nos aparece como doctrina extendida en toda la Iglesia posconciliar con el nombre de progresismo o “humanismo” cristiano.

¿Cómo juzgó el santo pontífice a esta doctrina? Simplemente: como “movimiento de apostasía general” y como “germen y compendio de todas las herejías”. Y no se limitó a condenarla, sino que estableció para todas las ordenaciones, consagraciones episcopales y tomas de posesión de cátedras eclesiásticas el previo “juramento antimodernístico” (suprimido bajo el pontificado de Juan Pablo II) por el que clérigos y obispos se comprometían a luchar hasta el fin contra tales doctrinas: tal era la extrema peligrosidad para la fe que en ella reconocía.

Los hechos se me antojan así parejos en su significación y simétricos: en los orígenes de la Iglesia, al redactar en Nicea el Símbolo de la fe, se destaca con mención especial y única a Poncio Pilato, que profesa un liberalismo y un democratismo personales o subjetivos (al desconocer la verdad y recurrir a la multitud), por encima de quienes por traición o malevolencia procuraron la muerte de Cristo. Pasan los siglos, casi dos milenios: el liberalismo se ha convertido en teoría, primero política, después religiosa, y ha pasado de la teoría a la vigencia como forma de gobierno. En nuestro siglo un Papa santo la destaca sobre todas las herejías y cismas, ve en ella la fuente de todos los males para la fe, y trata de preservar de ella a la Iglesia mediante un juramento insólito y solemne que habrían de prestar todos los eclesiásticos y todas las jerarquías de la Iglesia.

La razón, por lo demás, es obvia: si una herejía niega una o varias verdades de la fe, por ejemplo, la Trinidad o la Virginidad de María, no por eso deja Dios de ser Uno y Trino ni María Virgen. Pero si una herejía pone en duda —con una quiebra de su propia identidad— el Sacramento de la Eucaristía y reduce la Misa a una asamblea o a un “memorial de la Pasión”, puede lograr que deje de producirse el hecho de la Transubstanciación sobre la tierra. Es decir, que se rompa definitivamente el lazo principal entre el Cielo y los hombres, el efecto vivo de la Redención.

Rafael Gambra

jueves, 28 de abril de 2011

EN EL 28 DE ABRIL

AL DUCE

De la mano tostada de Yugurta
se escapa una corona de marfiles.
Suena en el turbio bosque enmarañado
al ritmo exacto de los campamentos
y huyen los reyes bárbaros del Ponto,
los príncipes viciosos de Fenicia,
los galos y germanos de la selva,
ante la espada de los centuriones.

La tienda de Escipión huele a perfumes
y él, bañado en el Duero, unge de aceites
su torso, noblemente musculado
mientras en la meseta, arde Numancia.
¡No solloces, ciudad de Celtiberia!
Presidida por ásperos luceros,
abrasadora de cautivas tristes,
que bebes el licor en las vasijas,
cuyo “toten” solar es el caballo.

Por tu profunda noche neolítica,
llegan ya los calzados militares,
el verso de Virgilio a las abejas,
el mármol, la columna y el derecho,
la elipse dura del anfiteatro
y la dulzura clara de las Termas.
Salustio y Tito para tus campañas,
ecos de Cicerón en tus viñedos.
La Norma, la Medida, en los oscuros
Imperios de avestruces y elefantes
y por el claro mar deshabitado,
Diosas desnudas entre los delfines.

Tu ley, ¡oh Roma madre! el duro bronce
de tus tablas servidas por lictores
en la Britania que desdeña César
el la Hispania que sigue de Sertorio
la toga blanca y la celeste cierva
que interpreta los sueños misteriosos.
Hoy ¡Roma eterna! vibren de d'Annunzio
las estrofas en bocas abisinias.
Tu dulce lengua del Renacimiento
hablada por los papas entre mármoles
resuene en el Tigré, como un milagro.

Milenaria ciudad; leche de loba
tienen los labios que pronuncian firmes
la plenitud católica del Dogma.
Madre de Europa, Iberia que a tu trono
dio un Adriano viajero, y un Trajano
domeñador resuelto del Danubio
hoy saluda tu Imperio renacido
unida a tu destino y a tu César
contra los mercaderes de Cartago
y el Sanhedrín cobarde de Ginebra.

Agustín de Foxá
El almendro y la espada

lunes, 18 de abril de 2011

LIBERTAD RELIGIOSA

Para condenar los actos de hostilidad contra la fe católica suele aducirse ingenuamente que constituyen «atentados contra la libertad religiosa»; cuando en realidad son la consecuencia natural de la «libertad religiosa», tal como se configura en las declaraciones de derechos humanos. La propia Iglesia adoptó el lenguaje propio de tales declaraciones cuando consagró que la libertad religiosa es «inherente a la dignidad de la persona»; expresión barullera que nace de la confusión entre libre albedrío y libertad de acción. La «dignidad inherente a la persona» radica en su libre albedrío; pero en modo alguno en su libertad de acción, salvo que tal libertad la conduzca a adherirse a la verdad y al bien. La «libertad religiosa» es libertad de acción que puede conducir a la persona a adherirse a cualquier secta destructiva o idolillo grotesco; esto es, empujarla a la indignidad más sórdida e infrahumana. Como afirmaba León XIII en su encíclica Inmortale Dei: «La libertad, como facultad que perfecciona al hombre, debe aplicarse exclusivamente a la verdad y al bien. Ahora bien: la esencia de la verdad y del bien no puede cambiar a capricho del hombre, sino que es siempre la misma y no es menos inmutable que la misma naturaleza de las cosas. Si la inteligencia se adhiere a opiniones falsas, si la voluntad elige el mal y se abraza a él, ni la inteligencia ni la voluntad alcanzan su perfección; por el contrario, abdican de su dignidad natural y quedan corrompidas. Por consiguiente, no es lícito publicar y exponer a la vista de los hombres lo que es contrario a la virtud y a la verdad, y es mucho menos lícito favorecer y amparar esas publicaciones y exposiciones con la tutela de las leyes».

La «libertad religiosa» consagra exactamente lo contrario: esto es, concede la tutela de las leyes a todo tipo de creencias, sean buenas, malas o mediopensionistas, de tal modo que todas valgan lo mismo; o sea, nada. Y allá donde todas las religiones toleradas valen nada, es natural que el orden temporal quiera erigirse a sí mismo en religión única, usurpando los atributos divinos y exigiendo adoración. Esto es lo que se oculta bajo la afirmación de «libertad religiosa» contenida en las declaraciones de derechos humanos: puesto que todas las religiones valen un ardite, la única religión valiosa es la que se postula en tales declaraciones; y toda religión que ose contrariar su designio se convertirá ipso factoen una religión contraria a la «dignidad humana». Esto es lo que está sucediendo hoy con la religión católica.

Las declaraciones de derechos humanos nacieron emboscadas detrás de una vaga ética cristiana que las hacía aparentemente compatibles con la doctrina de la Iglesia. Pero aquella «compatibilidad» era una añagaza; desde que tales declaraciones fueran formuladas hasta hoy, los derechos humanos han sido mil veces redefinidos y reinterpretados, como inevitablemente ocurre cuando se afirma que la verdad y el bien pueden cambiar a capricho. Frente a esta visión de los derechos humanos como inatacable religión de conveniencia en constante metamorfosis se alza la vieja religión católica, o sus escombros; y la «libertad religiosa» se revuelve contra ella, por considerarla —¡con razón!— un obstáculo en su hegemonía. Los actos de denigración y hostilidad contra la fe católica no harán sino crecer en el futuro, en volandas de la «libertad religiosa», como ocurre siempre que la inteligencia se adhiere a opiniones falsas, como ocurre siempre que la voluntad elige el mal y se abraza a él.

Juan Manuel de Prada

sábado, 16 de abril de 2011

PONENCIA DE DON JOSÉ MIGUEL GAMBRA SOBRE LA ACTUAL PERSECUCIÓN RELIGIOSA

Reproducimos a continuación las brillantes, claras y rotundas palabras de Don José Miguel Gambra, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en el acto que tuvo lugar el pasado 14 de Abril, en la Facultad de Derecho, en respuesta a las profanaciones y sacrilegios cometidos en Madrid. Lean y difundan estas letras que son en realidad la arenga católica necesaria para una obligada reacción:

Agradezco a FORO su invitación para hablar en esta ocasión, felicito a D. Javier Esparza y a D. Ángel David Martín Rubio, por su brillante intervención, y doy las gracias a la Dra. Martínez Sicluna, que me ha introducido como miembro de esta universidad. Sin embargo, aunque estoy unido a ella desde hace treinta y tantos años como profesor, prefiero no presentarme de esa manera, sino como presidente del Círculo de Estudios Tradicionalistas Antonio Molle Lazo. Y no me quiero presentar como profesor de esta casa, porque los actos sacrílegos en ella realizados enturbian tanto el prestigio de esta que fue venerable institución, que pertenecer a ella ya no es para mí un honor. La totalidad de los méritos acumulados, durante más de quinientos años, por los sabios que han pertenecido a la Complutense no basta para enjugar la afrenta cometida en Somosaguas contra Nuestro Señor.

Dirán ustedes, sin duda, que esta apreciación es en extremo injusta, pues la Universidad Complutense no puede responsabilizarse de los desmanes cometidos por sus alumnos. No es así. Para convencerse basta ver las reacciones oficiales de sus autoridades: los actos sólo fueron condenados de manera formularia, las autores no han sido expedientados y las asociaciones que los han perpetrado no han sido ilegalizadas. Al contrario, se les han concedido los locales del centro de Madrid para que desde allí irradien su anticatolicismo a toda la ciudad convocando la procesión atea proyectada para el Jueves Santo.

Esta respuesta de las autoridades da la impresión de una cierta anuencia a las profanaciones y, si miramos antes y alrededor de esos incalificables actos, esa impresión se reafirma.

La legislación democratizante de tiempos recientes permite formar asociaciones estudiantiles y concede una importante representación de alumnos en los órganos de gobierno. Al principio, en la época de decadencia del marxismo tras el desfondamiento de la Unión Soviética, las asociaciones eran más o menos inocuas y había escasísima participación del alumnado en muchos órganos rectores. En los últimos años, el neomarxismo, que toma las formas de antiglobalización, de feminismo, de sexualismo antinatural o de movimientos antisistema, ha aprovechado esas facilidades para constituir asociaciones que, a su vez, han copado buena parte de la representación estudiantil en los órganos universitarios, la mayoría de las veces con un apoyo ridículo por parte del alumnado. La masiva abstención de los alumnos en las elecciones a representantes ha sido descaradamente utilizada por esas asociaciones para ocupar toda la representación en los órganos de gobierno, con un apoyo que, a veces, no supera el 5% y puede ser del 2% de los alumnos.

El poder de esas asociaciones ha crecido hasta el punto de ejercer una verdadera tiranía en algunas facultades; tiranía que está en proporción directa a la presencia de autoridades académicas de similar ideología. En políticas, cuyo decano ha defendido el sacrílego asalto a la capilla como “expresión de pluralidad de tendencias”, el desorden ha llegado a ser tal, que, hace unos días se han suspendido actos ya concedidos, porque podían no gustar a las asociaciones y porque el decano se ha sentido incapaz de asegurar que se desarrollen con normalidad. Y, durante el mandato del rector Berzosa, se ha extendido a toda la universidad la anarquía que ha convertido políticas en un verdadero zoco impresentable.

Así, en muchas facultades, so pretexto de libertad de expresión, se han hecho común el insulto más descarado a la religión y a las cosas más sagradas, sin que las autoridades hayan querido poner coto a ello, sea por temor sea por convencimiento. Los mismos órganos del rectorado han desoído sistemáticamente las denuncias que algunos hemos presentado, durante todos estos años, contra la práctica de poner carteles insultantes para la Iglesia y la religión. En cambio, cualquier denuncia por parte del feminismo radical ha sido presurosamente atendida, por lo menos en lo que yo he podido conocer.

A nadie se le escapa que, a un nivel más alto del poder, la era Berzosa ha coincidido con la era Zapatero. La poderosa mente de estadista que posee Zapatero le ha llevado a proponerse como programa de gobierno demostrar que es tan rojo como su abuelito. Por eso ha roto con todos los pactos implícitos alrededor de la constitución y se ha dedicado, con especial encono, no sólo a promulgar leyes contra la moral católica, como sus predecesores, sino a perseguir directamente a la Iglesia y a promocionar la cultura de la blasfemia. Cabe incluso conjeturar que el año de plazo que le queda antes de dejar el gobierno dedique a completar ese programa, de manera que posiblemente la persecución arrecie en los próximos meses.

¡No! los profanadores de Somosaguas y sus corifeos no son enfermos psiquiátricos, como han dicho algunos medios de comunicación. Los actos de las personajas que asaltaron la capilla no son sino la puesta en práctica de lo que les ha sido transmitido por el ambiente sostenido o tolerado muchas autoridades académicas y de lo que les ha transmitido la cultura subvencionada, y los medios de comunicación oficiales. Se trata de avanzadillas de jóvenes marxistas, similares a las que, so pretexto de libertad, se adueñaron de la universidad al final del régimen anterior, y que ahora, so pretexto de que la universidad sea pública, ya no defienden libertad alguna, sino que ejercen una auténtica dictadura popular que quiere expulsar de la universidad cuanto no coincida con sus presupuestos ideológicos, y especialmente a los católicos. Antes, por lo menos estaban rodeados del halo estético de quienes se oponen al poder, hoy no son más que serviles sicarios del poder político, que en los actuales sistemas bipartidistas -no nos engañemos-, deja a las izquierdas el gobierno de las mentes con tal de que éstas dejen al centro el poder económico. Es de suponer que el nuevo rector vestirá de uniforme y gorra de plato a estos sicarios y que los veremos paseándose por la universidad y vigilando las actividades contrarias a los ucases rectorales.

Los actos de Somosaguas se ha dicho que son teatrales, simbólicos y sin violencia. Pero tales actos, más o menos intelectualoides, son síntoma de lo que se avecina. En los madriles del trienio liberal, los cafés y ateneos estaban poblados de jovenzanos exaltados que adoptaban actitudes declamatorias entre bufas y blasfemas, con aplauso de las sociedades secretas que, de hecho, gobernaban el país. Pocos años después, en 1834, cuando ese ambiente penetró más allá de las élites intelectuales, la bufonada sacrílega se convirtió en matanza y despedazamiento de frailes, y en profanación y destrucción de iglesias, ante los cuales Martínez de la Rosa -un centrista de entonces- se lavó las manos y se limitó a lamentar lo ocurrido.

Los eclesiásticos, ante hechos de esta clase, empiezan, no sin razón, a poner sus barbas en remojo y echan de menos unas potentes ayudas que no les llegan de parte alguna. Sólo algunas instituciones de escasos medios y algunas personas aisladas les han prestado apoyo en esta tesitura, que probablemente se extenderá como un reguero de pólvora.

Su debilidad se ha visto propiciada por unos errores que vienen de lejos. Las autoridades eclesiásticas apostaron decididamente por la democracia en la transición y usaron de una autoridad, que no tenían, para exigir de los fieles que no formaran partidos ni grupos políticos católicos y que se conformaran con inspirar desde dentro los partidos laicos existentes. Y eso no fue sólo una tendencia de los eclesiásticos españoles, sino que venía de más arriba. Baste pensar que la legislación eclesiástica ha incluido la obligación a priori de pedir permiso a los ordinarios, o la autoridad eclesiástica competente, para que cualquier asociación pueda hacer uso del nombre de católicos. Y como ese permiso, de facto, no se concede sino a los demócrata-cristianos, el resultado es que hoy no hay partido fuerte alguno que defienda a la Iglesia, y los eclesiásticos andan tan desamparados en la selva política como niños perdidos en un bosque.

Agradecidos por la ayuda de los eclesiásticos, los partidos políticos de uno y otro signo, durante bastantes años, no acosaron para nada a la Iglesia. Las izquierdas, incluidas las más extremas, en parte por la propia decadencia mundial de esa ideología y, en parte, por lo asombrados que debían de estar ante la actitud de los jerarcas eclesiásticos, convivieron en relativa paz con ellos. Pero, desde Zapatero, el ensalmo se ha roto y, desparecida la tácita connivencia entre los eclesiásticos y el estado constitucional, el peligro anticristiano que este conlleva en esencia, ha aparecido con toda su crueldad.

Ante semejante situación cualquiera se preguntará ¿por qué no cambia de estrategia la Iglesia? Lo que pasa es que no se trata de una estrategia momentánea, sino de la aplicación de la absurda teoría del estado laico-cristiano, que es una opinión utópica, irrealizada e irrealizable, ajena a la tradición católica, que afecta a asuntos políticos en los cuales la jerarquía eclesiástica no tiene especial autoridad.

En la literatura generada por los acontecimientos de Somosaguas, se ha llamado repetidamente cobardes a sus autores, porque no se atreven a hacer con las mezquitas musulmanas lo mismo que con los templos católicos. Implícitamente se supone que los católicos no se van a defender. Verdad es que la religión católica dista mucho de la crueldad mahometana, lo cual no quita que el catolicismo español siempre haya sabido defender su religión, ya desde tiempos de la invasión musulmana hasta épocas más recientes. De hecho, la persecución a la Iglesia ha sido el principal acicate de muchas de las contiendas de los últimos siglos, desde la guerra de la convención a la guerra del 36, pasando por las de la independencia y las guerras carlistas.

Siguiendo el ejemplo de sus mayores, el catolicismo español, por amor a Dios y a la Iglesia, tiene que recuperar la influencia política que por su número le corresponde. Y, por paradójico que parezca, tiene que empezar por abandonar el clericalismo que le tiene paralizado. Es de toda evidencia que no bastan denuncias, recogidas de firmas y manifestaciones. Es de vital urgencia que los católicos hallen la vía de asociarse, con o sin el beneplácito de las autoridades eclesiásticas, porque la función de éstas no es organizar la sociedad civil, sino transmitir la doctrina social, en consonancia con la tradición, señalar el error e intervenir en lo que afecte a asuntos espirituales.

Hay que adherirse a las organizaciones y partidos que defienden la integridad de la tradicional doctrina social de la Iglesia, con el fin de evitar en nuestro país la barbarie anticatólica que empieza a aflorar, y cuyas imprevisibles consecuencias pueden ser de la mayor gravedad. La incapacidad de los eclesiásticos no nos exonera de la obligación de defender a Dios. Hay que romper con el voto cautivo de los católicos y restar apoyo a los partidos que se reparten el poder. Dentro de la legalidad humana vigente, ése es el único camino efectivo.

Pero, si la ley humana falla y esto sigue así, los católicos deberemos hacer cuanto permita la ley de Dios en defensa de Nuestro Señor y de la Iglesia, empezando por acudir a la procesión blasfema de Jueves Santo, por ponerse delante y, luego, pues ¡a ver qué pasa! Lo exige nuestra fe, lo exige nuestro amor a España y lo exige el honor mismo que merece Dios.

José Miguel Gambra
14 de Abril de 2011
Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid

viernes, 8 de abril de 2011

A LOS JÓVENES DOLOROSOS

¡Ah, joven doloroso, joven triste,
que sufres como yo del mal de España,
y que una negación honda, en tu entraña,
tienes, clavada, contra lo que existe!

—Tu virgen corazón vibra de saña,
de santa saña, porque no tuviste
lo que pidió tu amor cuando naciste
de la Patria, una idea y una hazaña.

La general inepcia fue el veneno
que atosigó tu juventud vehemente
y de asco y de dolor yo te sé lleno.

¡Mas el futuro es nuestro y esa gente
que hizo nuestra desgracia se va al cieno!
Hermano, aquí va un ósculo a tu frente.

Ramón de Basterra

jueves, 7 de abril de 2011

¿VUELVE LA PERSECUCIÓN CONTRA LA IGLESIA?


Adhesiones al acto en defensa de la libertad de la Iglesia.

Todos quisiéramos que no hubiera sucedido, pero ahí están la profanación de la capilla de Somosaguas y el anuncio, sin reacción gubernativa alguna, de la procesión anticristiana de Jueves Santo. ¿Eres de los que quieren pensar que sólo es una gripe primaveral que, tan pronto como ha venido, se irá? ¿Piensas que el sistema gubernativo actual tomará las medidas adecuadas para detener la proliferación de tan repugnantes actos? ¿Crees que las denuncias tendrán algún efecto? ¿Eres de esos que cierran el periódico o cambian de canal, cuando oyen noticias como esas? O, en fin, ¿eres consciente de que algo no ha hecho más que empezar, y no sabes qué hacer o pensar?

El próximo día 14, JUEVES, a las 12:30, en la FACULTAD DE DERECHO de la UCM, MESA REDONDA con el título: ¿VUELVE LA PERSECUCIÓN CONTRA LA IGLESIA? Se hablará con claridad de todo eso, se analizará la situación actual de la persecución anticatólica, y se extraerán las lecciones de la historia.

Intervendrán: doña Consuelo Martínez-Sicluna, el Padre Ángel david Martín Rubio, don José Javier Esparza y don José Miguel Gambra.

Acto convocado por la Asociación Foro Universitario Francisco de Vitoria, en enérgica protesta por los actos sacrílegos recientemente cometidos en las capillas de la UCM y, en general, por la persecución que sufre la Iglesia católica en nuestra universidad y en España. Los resultados, se podrán ver próximamente en: w w w . f o r o u n i v e r s i t a r i o f v . b l o g s p o t . c o m

martes, 5 de abril de 2011

CAPITÁN FRANCISCO FRANCO


Te recuerdo en este 1º de Abril. Día de fervor que brota del fondo del alma, de los que como tú, Capitán Francisco Franco, supisteis llegar a vuestro glorioso destino. Destino creado por Dios, para los elegidos como tú, que no perdisteis el fervor, pese a todas las dificultades.

Supiste como militar, llevar a la Patria hasta ese 1º de Abril de 1939, venciendo al comunismo.

Como Jefe de Estado, construiste una nación poderosa y quisiste ponerla a los pies de Jesucristo y de su Madre la Santísima Virgen María. Eso es lo que no te perdonó el enemigo, ni te lo perdonará nunca.

Nos legaste el orgullo bendito de pertenecer a una España Católica, Una, Grande y Libre. Orgullo bendito, porque Dios eligió un día, para la total derrota del comunismo y lo puso en tus manos Capitán Francisco Franco. Y, ¿puede haber un orgullo más santo, que lograr que millones de españoles se unieran bajo una misma bandera, para defender su tierra, sin acordarse de sus vidas?

Orgullo por nosotros, por nuestros hijos. Orgullo por nuestros padres, generaciones pasadas que te ayudaron en el noble combate por la fe. Orgullo por nuestros hijos, generaciones presentes, y orgullo por nuestros nietos, generaciones futuras que comprenderán tu gran sacrificio, Capitán Francisco Franco.

Tu enemigo sigue siendo el mismo, el Maligno que no aprendió nada de ese orgullo, porque hoy, como ayer y como mañana, solo sabe de indiferencia, de confusión, de revancha, de resentimiento y de oportunismo.

El enemigo de hoy, es tu mismo enemigo, Capitán Francisco Franco, pero tus soldados de hoy, somos los mismos, que combatieron contigo, porque somos sus hijos, con las mismas tradiciones y el mismo agradecimiento; orgullo bendito de pertenecer a esa España Católica, que gracias a ti, Capitán Francisco Franco, heredamos de nuestros padres y no estamos dispuestos a perderla y abandonarla para que no la conozcan nuestros hijos y nuestros nietos.

No estamos dispuestos a que España se negocie. Costó mucha sangre, la defensa de esta España Católica, para asistir impunemente a su destrucción.

Nadie ama más que el que da la vida por sus amigos, dice el Evangelio. ¡Cuánto nos amaron ellos, nuestros mayores, los que dejasteis sangre y vida, como tú Capitán Francisco Franco, por esta España que nos legasteis!

No estamos dispuestos a negociar con esa sangre y esas vidas ejemplares. ¡Cuánto nos amaron!

¿Los amamos nosotros?, ¿correspondemos a su amor?

Tus soldados somos los mismos, Capitán Francisco Franco.

Tal vez no será fácil, ni rápido, sabemos que Jesucristo y su Madre la Santísima Virgen María, no abandonarán a esta nación poderosa, que estamos dispuestos a defender y que tú, Capitán Francisco Franco, pusiste a Sus pies.

Camilo Menéndez González-Palenzuela

viernes, 1 de abril de 2011

EN EL DÍA DE LA VICTORIA, ¡GRACIAS FRANCISCO FRANCO!

Bien venido, Capitán;
bien venido a tu Madrid
con la palma de la lid
y con la llave del pan.
Dios bendiga el santo afán
que tu espada desnudó
y la victoria te dio…
porque hay en esa victoria
la inmensidad de la gloria
de un mundo que se salvó.

Con esa hueste triunfal
que tras tu enseña desfila,
y que lleva en la mochila
estrellas de general,
de la barbarie Oriental
vencer supiste el espanto
y alcanza tu gloria a tanto
que, con tu invencible tropa,
fue España escudo de Europa,
como en Granada y Lepanto.

De tu soberbia campaña,
Caudillo y noble y valiente,
ha surgido nuevamente
una grande y libre España.
Que sean tu nueva hazaña
estas paces, que unirán
en un mismo y puro afán
al hermano y el hermano…
¡Con la sombra de tu mano
es bastante, Capitán!

Manuel Machado
marzo de 1939.