lunes, 22 de junio de 2009

LA BANDERA DE ESPAÑA NO SE ARRÍA

Uno de los actos más recios y sublimes que hay es la izada del pabellón patrio por parte de una escuadra militante. La enseña ondea al viento, alegre y victoriosa, mientras sus soldados rinden el homenaje de sus erguidas figuras, renovando el juramento que allí les congrega, apostando la propia sangre en su defensa.

El acto sublime y recio cobra transcendencia cuando, una vez izada la bandera, ésta tributa el honor debido al Dios de los Ejércitos y de las Naciones. Es todo un pueblo quién, bajo los colores de su estandarte, ofrece pleitesía a la Verdad, implorando la entronización de Cristo Rey en el trono sagrado de la Patria.

España, en su roja franja del pendón, no disimula la herencia martirial y heroica de aquellos paladines de la Fe que testificaron la Cruz y el Imperio con sus vidas. El Hijo del Trueno, Santiago el Apóstol, que regó nuestra tierra, ahora santificada, con su generosa sangre, tomando para siempre la comandancia hispánica. San Hermenegildo, la máxima expresión de fidelidad a la Fe Católica, que le llevó al enfrentamiento con su padre hasta la muerte por no pactar y negociar la rendición de la Verdadera Doctrina. Los cruzados en Jerusalén, en Lepanto y los encuadrados en los Tercios de Flandes. Las aspas de san Andrés paseando triunfantes en sus conquistas y amortajando los cuerpos de los que nunca regresaron. Las partidas carlistas del XIX y los falangistas, requetés y soldados del 36. Todo ello visible y contenido en el flamear victorioso de la roja y gualda sobre las ruinas del invicto Alcázar toledano.

El gualda nos recuerda la grandeza de España hasta las confines del orbe, evangelizando, conquistando y civilizando los pueblos y las gentes de medio mundo. España, la Católica España, iluminando de teología los Concilios toledanos o impartiendo claridad en Trento. La luz del pensamiento y la doctrina, el albor del Imperio anudado a la Iglesia, la reyecía católica de sus monarcas y las miles de ermitas marianas levantadas con el sudor de los españoles en todos y cada uno de los rincones de la Patria.

La Organización de los actos conmemorativos de la renovación de la consagración de España al Sagrado Corazón había dispuesto la retirada de todas las banderas de España. Y así lo hicieron, una a una, de entre las veinte mil personas allí congregadas, dentro de la explanada que sirve de base al magnífico monumento del Cerro de los Ángeles. La orden era clara y rotunda. Rechazar la España antes descrita y representada en los colores de su Enseña Nacional. Es la renuncia expresa al catolicismo en España, a su unidad religiosa, a su historia, sus mártires y sus santos. Por enemistad, cobardía o complejo se quisieron arriar las banderas.

Se nos insistió hasta la saciedad que retirásemos la bandera que nosotros portábamos con el Sagrado Corazón en el centro. Nos negamos a ello a pesar de habernos quedado solos en la resistencia. El resto de banderas que ondeaban fueron rendidas incluso por orden de aquellos jefes cuyos antecesores las habían custodiado, a sangre y fuego, en las calles, las plazas y los montes de España. Al ultraje se unía la traición, salvo aquellos que tomaron su bandera y se marcharon a escuchar la Santa Misa donde no fueran rechazados, cumpliendo con la consigna aprendida de ser incapaces de pactar con sacrificio del Ideal.

Ayer, hincado de rodillas a los pies del Sagrado Corazón, pedí por la olvidada Unidad Católica de España. Supliqué por el manipulado pueblo español. Rogué por los desorientados que allí se congregaron y por los que deben orientarlos. Recé en reparación por nuestros pecados, nuestras faltas, nuestras infidelidades. Imploré por nuestra perseverancia y la de los cofrades de Pamplona que mantuvieron en alto el pabellón navarro con la laureada de San Fernando.

Y agradecí profundamente a Cristo Rey que, ante el ataque y la embestida oficial, permanecieron en alto nuestras banderas. Porque antes que la disciplina está el honor. Queda dicho y advertido para futuras ocasiones: La Bandera de España es innegociable.

Miguel Menéndez Piñar

19 comentarios:

  1. Magnífico artículo, Miguel.
    De nuevo lamentable la actitud de los Obispos, pero esperada.
    La que sí fue bochornosa y de alguna manera inesperada por mi parte fue la de los "carlistas" que estuvieron presentes en el acto. Una vez más se bajaron los pantalones y en ésta ocasión riendiendo la Bandera, pero no ante Dios, sino ante los "hombres", como viene siendo habitual en ellos.
    Mi aplauso a esos verdaderos, ésta vez sí, Carlistas, que supieron poner en práctica ése "Antes que la disciplina está el honor" y se marcharon de aquello que iba a ser una renovación de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús y que al final no fue ni renovación, ni Consagración, ni de España, ni al Sagrado Corazón de Jesús.
    Un abrazo, cofrade.

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  2. Miguel tienes toda la razón, pero una pequeña-gran corrección fraterna de un amigo: HUBIESE SIDO MEJOR NO NO HUBIESES IDO AL CERRO.

    Lee la declaración de la S.P de Don Sixto Enrique de Borbón:

    http://www.carlismo.es

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  3. Miguel por que no citas por su mombre a los TRAIDORES:

    JUNTA DE GOBIERNO de la sedicente ctc.

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  4. +
    Un abrazo conmovido, querido Miguel.

    Creo que esta ocasión perdida nos debe llevar a sacar conclusiones, cuando tengamos un poco de perspectiva.

    También yo pienso que la nota de la Secretaría Política había explicado -previamente- los aspectos doctrinales, las luces y las sombras del acto, tal y como se había convocado. Es de ley que no se le escamotee el reconocimiento.

    Es hora ya de dejarse de voluntarismos, hora de poner todos nuestros esfuerzos ante el altar de Dios y eso pasa por no comprometer la doctrina. Lo de ayer no es que "saliera mal", ni nadie tiene verdadero derecho a sorprenderse de lo que pasó. Se sabía que no habría consagración y se sabía que no podía haberla. ¿Qué llevó a la gente al Cerro? El voluntarismo de confundir nuestras intenciones (indudablemente buenísimas) con la realidad.

    Bueno, y gracias por todo, cofrade.
    A ver si nos vemos pronto.

    En Pamplona, por ejemplo.

    VCR.

    El Brigante

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  5. No estuve esa mañana en el Cerro pero viendo lo que pasó mejor no haber presenciado tal afrenta a la bandera de España y a la tradición católica del santo suelo que pisamos.

    REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES, eso es lo que dijo JESUS al P. Bernardo F. de Hoyos.

    ¿Qué es lo qué no entienden los organizadores?

    Un abrazo a toda la Cofradía, último reducto, ¿Alguien de aquí ha escuchado "Irreductibles" del grupo Tercios? Pues a eso me refiero.

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  6. GRAVISIMO:

    y esa Junta de Gobierno sedicente de la ctc (con su presidenta y secretario general al frente), ahora MIENTEN DESCARADAMENTE. Mirad su web donde dan una versión falsa y ridícula. Es patético.

    Que quede claro, los que ordenaron esconder boinas y LAS BANDERAS NACIONES CON EL SAGRADO CORAZON, fueron la presidente y secretario general de la sedicente ctc.

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  7. Hola, Miguel:

    En mi opinión, cuando te refieres a la "traición" por parte de los jefes sucesores de aquellos que las habían defendido en las calles, plazas, etc., piensa que no es lo mismo que se impida la presencia de banderas de España cuando se organiza un acto propio de afirmación española que cuando se acude a un acto ajeno cuyo carácter y naturaleza son ajenos a la voluntad de uno mismo.

    La bandera que se lleva para defender el propio ideal no se arría jamás. La bandera que se lleva a un acto ajeno, por ejemplo a una Misa como la del domingo, puede arriarse o no en función de lo que diga quien organiza el acto.

    En mi caso, yo iba al Cerro a testimoniar como parte del pueblo español su consagración al Sagrado Corazón y no iba a Misa, pues para eso no me levanto a las 7 ni me desplazo 15 km.

    Cuando comprobé que no se permitía la manifestación pública del pueblo español me largué.

    Yo no juzgo a quien se quedase plegando la bandera por indicación de la organización, pues sé que muchos vinieron de muy lejos para estar en lo que creían que iba a ser una consagración de España, y comprendo que no les hiciera gracia la perspectiva de marcharse nada más llegar.

    Con respecto a tu actitud, pues como ya te he dicho, al no producirse ninguna renovación de la consagración, tu bandera se mantuvo en alto sin hacer caso a la sinrazón de la organización, pero totalmente en balde.

    Javier.

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  8. La foto de la mentira.

    En la web de la sedicente muestran una foto con una bandera nacional con el sagrado corazón. Alzada. Para ilustrura todo el cuento. MENTIRA.

    Esa misma bandera se escondió a los cinco minutos, tiempo de hacer la foto.
    Pero que manipuladores.

    Sobre el mensaje de Javier...se comenta solo, ESTO ES NO ENTENDER NADA. ¿que piensas que hubiesen hecho los requetes, nuestros abuelos, que hubiese ordenado Alfonso Carlos, Don Javier?.

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  9. Ruego a Miguel borre esos comentarios histriónicos sobre mentiras, cuentos y manipulaciones.

    Al anónimo que dice que no entiendo nada: tu abuelo en primer lugar lo que hubiera hecho es firmar el mensaje con su nombre y apellidos.

    A D. Alfonso Carlos o D. Javier no creo que les pareciese mal que los obispos quisiesen consagrar España, salvo si se demuestra, como es el caso, que fue un paripé y que no la hubo. Dejando de lado, por supuesto, la legitimidad de la autoridad civil que consagra.

    Y de hecho, en el Memorial que D.ª Margarita eleva al Santo Padre Pío XI tras la consagración de alfonso, lo que existe es una crítica a la conducta incoherente y cínica de alfonso -llamado el XIII-, pero no una crítica a la Consagración en sí.

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  10. Declaración de D.ª María de las Nieves sobre Alfonso y la Consagración:

    "Nos quitó, pues, Dios a Alfonso, estorbo grande, quizás por ser ilegítimo y liberal su gobierno, aunque por la Consagración individual o de devoción y compromiso le haya pagado el Nobilísimo Corazón de Jesús con beneficios imponderables, a pesar de lo dicho, y pasando por azares difíciles. Así le premió la Consagración del Cerro de los Ángeles. Pero no fue aquella la consagración que se deseaba para el cumplimiento de los Tres Divinos Deseos". (Memorial que elevan a Su Santidad el Papa Pío XI Doña María de las Nieves y Braganza con su inseparable esposo D. Alfonso Carlos I de Borbón y Austria-Este)).

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  11. Y dale justificando lo injustificable.

    Lo del Domingo no podía ser una Consagración, la nota de la C.T lo deja clarísimo, no hay siquiera comparación con la del "19". Conmemorar aquella desde el carlismo es del todo injustificable, pero es que además la presunta "renovación" estaba del todo viciada.

    Como comenta el brigante, no es que la "cosa haya salido mal", es que desde el principio todo era disparatado.
    Tened un poco de humildad y rectificad.
    Pero lo ya impresentable, es que encima para justificaros entreis en la MENTIRA, y esa y no otra cosa es vuestra última nota, cosa que sabe cualquiera que fuese al Cerro, empezando por el propio Miguel. Llamaros mentirosos es únicamente un dato objetivo, la pura VERDAD.

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  12. Miguel, ¿Cuál es la justificación para no pegar -pura y simplemente- a los Obispos bajo cuya responsabilidad se dan tales órdenes indignas?

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  13. Pregunta: ¿Pero la consagración de Alfonso XIII fue válida o no?

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  14. Por partes:

    - Nota de la Secretaría Política: es deber reconocer el acierto y las pautas que marcó la nota antes de la convocatoria en el Cerro. Y el espíritu de la misma me pareció extraordinario.

    - Consagración: en ningún momento, anteriormente a la Misa, leí la oración de "consagración a España". Lo hice en directo mientras la rezaba el Cardenal Rouco. Es la oración, adaptada, que escribió Pío XI para consagrar al género humano en la festividad de Cristo Rey. Género humano que es bien distinto de una Patria. Yo pensé en todo momento que la oración sería, tal y como la vi escrita en innumerables sitios, la de hace 90 años.

    - Junta de Gobierno de la CTC. No entro a valorar y emitir juicios sobre las disputas entre los dos "sectores" del carlismo. Ni culpo a la Junta como tal de haber retirado las banderas. Lo que sí es cierto es que, habiendo sido elevadas las banderas por un nutrido grupo de carlistas, al poco tiempo y tras ordenarse lo contrario, fueron arriadas.

    - Brigante: muchas gracias. Espero vernos pronto. Llevas razón. Debemos reflexionar y plantearnos muchas cosas. No voy a decir el nombre, pero dijo en su día un gran hombre, que el pensamiento por el pensamiento es pura entelequia. Podríamos llegar a un equilibrio entre los dos extremos. Estoy seguro de ellos. Nos vemos por tu tierra dentro de poco.

    - Javier: como he dicho antes, en ningún momento supe de esa oración que "simuló" una consagración de España. Esperaba la misma que hace 90 años. Y por eso fui y me quedé. Mi único problema, a parte de asistir atónico a una consagración del género humano, fue la furia de los organizadores contra nuestras banderas. Y decidimos resistir, no por nosotros, sino por el pabellón que sosteníamos.

    Un abrazo a todos

    Miguel Menéndez

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  15. Miguel, agradecido por tu valentía y tu sentido innegociable del HONOR.
    Sentí lo mismo que tú el domingo: una intensa VERGUENZA.
    Carlos M-Cava

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  16. Miguel:

    Una vez mas te confirmo que la orden de arriar banderas y esconder boinas fue de la presidenta y secretario General de la sedicente.
    Además es disculpable a un particular no conocer el texto de la consagración, pero no lo es a una organización política que se ha adherido al acto. Además ese texto era conocido ampliamente desde el Jueves (como mínimo). Además es mas que dudable que hubiese desconocimiento cuando la JRC, y Schola estaban tan liados con la celebración (todo el mundo saba la cercanía de estos con la sedicente). Además en algún foro se les había advertido, por lo cual yo creo que si lo sabían y les fue igual. Su seguidismo clericaloide les pudo, quedar bien ante los Eulogio y compañia, salvar su política de los no-negociables.

    Y no te equivoques Miguel no es una disputa entre dos sectores del carlismo, es una disputa doctrinal. Y sobre la posición coherente de los católicos tradiciones en temas fundamentales. Nadie lo puede ver desde la barrera.

    Un saludo.

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  17. José Mª Domenech24/6/09 23:14

    Los fariseos criticaban también a los obispos por sacar grano de las espigas de trigo en sábado.

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  18. Ese texto no lo conocía ni Miguel, ni la agencia Faro, como se desprende de su propio comunicado, pues si lo hubiera sabido, bien que hubiera atacado a la jerarquía modernista, ni nadie, salvo tres personas bien informadas. Basta ya de estupideces anónimas. La misma negligencia que atribuyes a una organización política, atribúyela a la secretaría también.

    Y no, no es una disputa entre dos sectores del Carlismo. Es la afición a joder todo lo que se mueva de un grupito que no tiene otra cosa que hacer.

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  19. Pues mira por donde yo si lo conocía.
    Pero es que eso es lo de menos ,porque los problemas teoricos que ha planteado el brigante, eran en si mas importantes y por eso la S.P es los que pone en candelero, pero añade que toda la consagración en sus declaraciones se movía en el ambito de la laicidad y liberalismo. Es una referencia clara a los textos que esos días se estaban publicando, entre ellos la consagración

    El problema es que estais dedicados a mercadear con la doctrina, a mezclar el carlismo en mil historias raras y no aceptais la crítica. Esta vez la cosa ha sido tan flagente que habeis llegado a mentir.

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