La Comunión Tradicionalista y sus órganos oficiales
(Agencia Faro, carlismo.es, …) han tenido un olvido. Leo que el 22 de Junio
rescataron y publicaron un documento extraordinario y muy interesante: “El
Carlismo y la Unidad Católica”, del 23 de Mayo de 1963, en torno a la cuestión
tan dañina, especialmente para España, de la “Libertad Religiosa”, debatida por
entonces en el Concilio Vaticano II y aprobada en la declaración “Dignitatis Humanae”. El texto oficial
que presenta el mencionado documento, narra la defensa del principio de la
“Unidad Católica” rechazando, por incompatibilidad, la “Libertad Religiosa”,
cuyo proyecto de ley se debatió y aprobó en 1967 modificando el artículo 6º del
Fuero de los Españoles. Puede leerse aquí http://www.carlismo.es/?p=3971
Esa defensa de la Unidad Católica fue ejercida por
una veintena de procuradores en Cortes cuya máxima figura fue Blas Piñar. Blas Piñar
convocó a la veintena de procuradores en Cortes que debían presentar las
enmiendas en el debate sobre la Ley de Libertad Religiosa, cuyo “nihil obstat” había dado ya la
Conferencia Episcopal, aunque sin unanimidad entre los obispos. Uno de los
prelados que defendía la “Unidad Católica” fue el Arzobispo de Valencia, don
Marcelino Olaechea, que junto a Blas Piñar trazó el plan de dotar al grupo de
procuradores de argumentos para presentar las distintas enmiendas a los
artículos de la ley. Para ello, don Marcelino constituyó una Comisión de
Expertos en la materia que ejercerían de gabinete técnico a disposición de los
procuradores. Esa Comisión de expertos fueron dos padres dominicos, Victorino
Rodríguez y Alonso Lobo; dos jesuítas, Eustaquio Guerrero y Baltasar Pérez
Argos; un pasionista, Bernardo Monsegú, y un sacerdote secular, Enrique
Valcarce Alfayate.
Blas Piñar fue el primero de los procuradores en
firmar las enmiendas y, por tanto, obligarse en el debate a defenderlas. Fue
presionado para que se retirara del debate. Las presiones vinieron por parte de
varios obispos e incluso del Ministro de Justicia Antonio María de Oriol y
Urquijo, amén de innumerables amenazas e insultos por parte del progresismo. La
bandera no podía arriarse y Blas Piñar la mantuvo ondeando al viento. Basta con
acudir a las hemerotecas y ver las crónicas de aquel debate. Absolutamente
todas se centran en Blas Piñar, desde las de ABC por parte de José María Ruíz
Gallardón o Torcuato Luca de Tena, a las del Diario Ya, Pueblo, Informaciones o
Arriba. Lideró con su preparación, sus conocimientos y su oratoria a aquel
grupo de hombres que, tenazmente, y contra viento y marea, seguían defendiendo
la doctrina tradicional de la Iglesia en el campo civil, jurídico y político.
Aquel debate fue tan tenso y tuvo tanta repercusión
que, como bien cita la crónica de la Comunión Tradicionalista, se convocó una
cena homenaje en el Restaurante “El Bosque” a los procuradores don Ramón Albístur, don Agustín de Asís
Garrote, don Agustín de Bárcena, barón de Cárcer, don José María Codón, don
Luis Coronel de Palma, don Miguel Fagoaga, don Luís Gómez de Aranda, don Fermín
Izurdiaga, don Jesús López Medel, don Lucas María de Oriol (se desmarcó del
homenaje), don Blas Piñar y don Fermín Sanz Orrio. Ocuparon la presidencia en
la cena, aparte de los procuradores, el marqués de Valdeiglesias, Roberto
Reyes, el Padre Oltra y Rafael Gambra.
Rafael Gambra se encargó de homenajear a los
procuradores con una intervención que fue coronada por una gran ovación y
aplausos prolongados. Contestó, por parte de los homenajeados, Blas Piñar.
Fueron los dos protagonistas de aquella cena que reunió, según las crónicas, a
seiscientas personas. Hubo altercados durante la misma, siendo atacado el
restaurante desde fuera rompiendo los cristales del salón con piedras y objetos
contundentes.
Se adhirieron a la cena-homenaje Los Círculos
Vázquez de Mella y las Hermandades de Ex Combatientes de los Tercios de
Requetés, el Consejo Nacional de la Comunión Tradicionalista, el general Díaz
de Villegas, Ignacio Romero Raizabal, los señores Lizarza, José Sequeiros,
Ramón Tatay, María Amparo Munilla, González Quevedo, Pascual Agramunt, Abelardo
de Carlos, Francisco A. Patiño Valero y el Arzobispo de Valencia, doctor
Olaechea.
La crónica de la Comunión Tradicionalista no sólo omite el nombre de
Blas Piñar, protagonista sin duda de aquellos años y de aquellos hechos, sino
que llega a afirmar que el “Carlismo se
había quedado solo en la defensa del principio de la Unidad Católica”. Los
párrafos anteriores demuestran que esa afirmación no es cierta.
No, no se puede hablar de la tensión en España entre la “Unidad
Católica” y la “Libertad Religiosa” sin citar a Blas Piñar. Añado, además, que
si se es partidario de lo primero y no de lo segundo, hay que hablar de Blas
Piñar con profundo agradecimiento. Agradecimiento que, al menos, desde los
órganos oficiales de la Comunión Tradicionalista, brilla por su ausencia.
La Comunión Tradicionalista, en su crónica, se
pregunta, ¿qué es la “Unidad Católica”? Y responde con palabras de dos autores:
el padre Victorino Rodríguez y Rafael Gambra. Yo también me pregunto: ¿Por qué
citar a Blas Piñar al hablar de la Unidad Católica de España? Y me contesto a
mí mismo escuchando decir a don Rafael Gambra: “Blas Piñar fue la gran figura
de aquellos procuradores que supieron defender la Unidad Religiosa. Bien
conocéis su gran lucha, la gran pelea que ha sostenido todos estos años. Vamos
ahora a escucharle con la admiración y el fervor que se merece”. O leyendo la
carta que el padre Victorino Rodríguez envió a Blas Piñar el 13 de Mayo de 1967
tras el debate de la “Ley de Libertad Religiosa”:
<<Querido amigo: Después del magnífico tratamiento del Proyecto de Ley sobre libertad religiosa en las Cortes, llevado tan principalmente y a tanta altura por Vd., le felicitamos y le damos las gracias, un servidor y otros muchos Profesores de esta Facultad Teológica (P. Arturo Alonso Lobo, P. Santiago Ramírez, P. G. Fraile, P. B. Marina, etc.) que hemos comentado en común sus intervenciones en los debates: con una fe tan sana y valiente, con tanta inteligencia y agudeza dialéctica, con tanto sentido de la responsabilidad católica y española. El futuro católico de España se lo agradecerá. Dios se lo pague. Un abrazo muy fuerte. P. Victorino Rodríguez. OP>>.
No sirvan estas letras para enfrentar o menguar
nuestras filas, ya casi
irreductibles por su disminuido tamaño. Las hago públicas en honor a la verdad y
con base en la justifica y, sobre todo, en el agradecimiento hacia la figura de
Blas Piñar. Yo sí quiero formar en las escuadras de ese futuro católico de
España del que habla el gran Victorino Rodríguez. Queden adjuntadas estas
palabras a la crónica de la Comunión Tradicionalista para suplir el mencionado
olvido.
Miguel Menéndez Piñar
Injusto olvido, por cierto que hoy el ilustre nieto de tan ilustre abuelo deja a salvo para honra de la memoria de Don Blas y en gracia de la verdad histórica.
ResponderEliminarLa ruptura de la unidad católica de España comenzó en aquellos nefastos años posconciliares. ¡Cuántos males se han seguido desde entonces! Basta mirar la Iglesia y basta mirar a España.
No cejamos en nuestra esperanza. Hemos aprendido a ser "inasequibles al desaliento".
Mi cordial saludo a Don Miguel y a su familia.
Mario Caponnetto
(Argentina)
Desde tierras montañesas todo nuestro reconocimiento para la labor de Blas Piñar en aquella ocasión y en otras muchas en las que defendió valientemente España.
ResponderEliminarOiga mire: Cada vez que leo las ilusas esperanzas de que los traductores automáticos solucionen la confusión de Babilonia, veo más claro que el problema está en que los hombres no nos entendemos ni aunque hablemos la misma lengua.
ResponderEliminarQuerido Mario:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, siempre tan cercanas y en perfecta sintonía y comunión de Ideales.
Un abrazo muy fuerte en Cristo Rey,
Miguel Menéndez Piñar
Sin desmerecer en nada a los carlistas es dd justicia decir que en 1966 la postura oficial de la Comunión Tradicionalista ya no era inequívocamente contraria a la libertad religiosa. Por eso muchos procuradores carlistas de aquellas Cortes, la mayoría elegidos directamente por los propios carlistas como representantes del "tercio familiar" (Zubiaur, Arrúe, etc.) no votaron contra esa proposición de ley. Eso es algo que los propios carlistas con decencia intelectual reconocen (a mi me lo reconoció Don Rafael Gambra, q.e.G.e., y el propio Manuel de Santa Cruz). Muchos del exiguo grupo de los que votaron contra la libertad religiosa eran falangistas.
ResponderEliminarRafael Gambra habla de aquel homenaje a los Procuradores al presentar a Blas Piñar
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=cOHtlTKSd38